El patriotismo de la casta

"La historia recordará a quienes con honor y valentía estuvieron del lado del pueblo" publicó el Javo esta semana cuando, luego de más de veinticuatro horas de sesión, la cámara de diputados logró la media sanción de la "Ley Bases".

No lo dijo por Pichetto o Cobos (el ex vicepresidente radical de Cristina que pasó a la historia con su voto "no positivo" a raíz del temita de la 125 de Lousteau) que le salvaron las papas del fuego a Martin Menem a eso de las tres de la mañana cuando, en un descuido del oficialismo, Unión por la Patria estuvo a punto de voltear la sesión.

Tampoco lo dijo por De Loredo (el radical "sorete", como sostuvo un ocasional conductor de colectivos), que se convirtió en un acérrimo defensor del proyecto oficialista so pretexto de, como dijo en su discurso de cierre, "darles una cosa y quitarles otra, darle las herramientas que el gobierno reclama y quitarle las excusas con las que el mismo gobierno gana tiempo", adjudicando al Congreso la responsabilidad por la ausencia de resultados gubernamentales.

No, ni radicales ni dialoguistas. Los héroes de la semana fueron Cristian Ritondo y Silvia Lospennato, presidente del bloque PRO y diputada "larretista" (como le hubiera gustado decir al Javo).

Curioso elogio, particularmente cuando empiezan a correr fuertes rumores de recambio ministerial en el gobierno libertario, de la posibilidad táctica de una candidatura senatorial de Mauricio y del despegue de Jorge Macri (primo de Mauricio y jefe de gobierno porteño) respecto de las proyecciones libertarias en cuanto a la recuperación económica.

Un dato adicional para completar la pintura: fue el mismo Mauricio quien, en una reunión privada con empresarios en la costa uruguaya, habría afirmado que: "Javier quiere que nos casemos sin hacer el amor; pero ahora los jóvenes, hacen el amor antes de casarse". ¿Dejará de ser sólo el Javo, su hermana y las redes? ¿Se agrandará la familia?

La que sí se agrandó fue la cuenta corriente de la cámara alta y de los gobernadores, ahora que está en manos de los setenta y dos senadores el destino de la "ley bases". A veinte días del "Pacto de Mayo" el resultado es incierto y ajustado, independientemente de a quién favorezca.

Lo que está claro es que el gobierno entró en una nueva etapa y aprendió. Ni Javier o Karina, ni Francos o Posse, ni Sturzenegger o Caputo son los mismos que hace ciento cuarenta días. Y, aunque el "pragmatismo bilardista" del Javo se parece más al "látigo y chequera" de Cristina, empezamos a ver más política y menos trolls en las filas de la libertad avanza, como diría Guillermo Francos.

Por poner algunos ejemplos, hasta ahora cuatro gobernadores lograron esquivar la motosierra, la licuadora y hasta el freezer del "Toto": el mendocino Cornejo (UCR), el cordobés Llaryora (PJ), el chubutense Nacho Torres (PRO) y el tucumano Jaldo (PJ).

Cornejo obtuvo los mil millones que necesita para concretar la represa Portezuelo del Viento al tiempo que, Llaryora, logró la reactivación de la obra que permite la reversión del gasoducto que pasa por su provincia. Torres, por su parte, consiguió que el estado nacional le transfiera a las provincias las plantas compresoras para el funcionamiento del gasoducto que une a Chubut y Neuquén. Finalmente, Osvaldo Jaldo, logró que el le refinancien los $80.000 millones de deuda que Tucumán había contraído con el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial.

A estos primeros ejemplos hay que sumarle las promesas del ministro del interior a los gobernadores Pullaro (UCR - Santa Fe) y Weretilneck (PJ Dialoguista - Río Negro), así como los acercamientos a Figueroa (MPN - Neuquén) y Zamora (Frente Cívico - Santiago del Estero). Mientras que, los apoyos de los senadores que responden a Passalacqua (Misiones), Jalil (Catamarca) y Saenz (Salta) estarían descontados, salvo el caso de la senadora Corpacci (Catamarca) quién, al igual que Juan Manzur, votaría en contra del proyecto libertario aún si eso difiere del deseo de los gobernadores de sus respectivas provincias.

Lo ajustado e incierto del resultado seguramente nos mantendrá atentos, no sólo a la evolución de las negociaciones con los gobernadores, sino también al tratamiento en comisiones que la Cámara Alta dará a la "Ley Bases" puesto que, incluso la más pequeña modificación, enviará nuevamente el proyecto a Diputados. Es tarea de la vicepresidente, Victoria Villarruel, que ello no ocurra. ¿Volveremos a ver chispazos al interior de la fórmula presidencial? ¿O acaso "el jefe", qué se reunió con "Vicky" hace unos días, limó las asperezas y aseguró la articulación entre la rosada y el congreso?

En el interín, la casta sigue pensando en los temas de la casta, un hecho que, aunque opacado por el tratamiento de la "ley bases", empieza a tomar cada vez más relevancia en la agenda pública. El oficialismo y los diversos tipos de oposición, hace rato que están pensando en las elecciones legislativas del próximo año.

Lo confirma la reaparición de Cristina en Quilmes junto a Mayra Mendoza y el destrato a Kicillof. También las polémicas declaraciones del "cuervo" Larroque para con el progresismo y el incipiente vuelco hacia el peronismo tradicional. En la misma línea se ubica el final del silencio massista y la insistencia de Santoro para la concreción de un espacio de centro en CABA.

Por otro lado, deben añadirse a la lista la ruptura de Lilita con Pichetto (en busca de una prudente distancia que le otorgue mayor autonomía), el distanciamiento y recelo de los Macri tanto en Ciudad de Buenos Aires como al interior del PRO, los cada vez más frecuentes desplantes de Facundo Manes al bloque de la UCR en diputados y las insistentes aclaraciones que De Loredo realiza (de cara al electorado cordobés) cada vez que justifica su apoyo al gobierno.

Por supuesto, no podemos excluir las sugestivas encuestas encargadas por el gobierno para medir a Karina, Adorni y Patricia. Encuestas que se focalizaron en Provincia y Ciudad de Buenos Aires ¿Casualidad?

En definitiva, para el fenómeno barrial siempre fue, es y será una cuestión política. Aunque no quieran admitirlo.

Fin.