Tras la polémica por su género, Imane Khelif se coronó con el oro en los Juegos Olímpicos
La boxeadora argelina venció por decisión unánime a la china Liu Yang en la final de la categoría de los 66 kg femeninos. Khelif, quien fue foco de controversia debido a pruebas fallidas de género, logró la medalla de oro tras superar múltiples desafíos.
Imane Khelif, la boxeadora argelina de 25 años, hizo historia al ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024 en la categoría de los 66 kg femeninos. En una final que capturó la atención de todo el mundo, Khelif derrotó a la china Liu Yang por decisión unánime de los cinco jueces, quienes la vieron ganadora en los tres asaltos, con un resultado final de 30-27.
Lo que comenzó como un viaje lleno de controversias culminó en un triunfo innegable para Khelif. La atleta llegó a París bajo la sombra de la polémica, después de haber sido descalificada del campeonato mundial de 2023 en Nueva Delhi por no cumplir con los criterios de elegibilidad establecidos por la Asociación Internacional de Boxeo (IBA). La IBA argumentó que la descalificación se basó en pruebas independientes que indicaron que Khelif tenía ventajas competitivas sobre otras competidoras femeninas, aunque los detalles de estas pruebas se mantuvieron confidenciales.
A pesar de la controversia, el Comité Olímpico Internacional (COI) permitió su participación en los Juegos de París, defendiendo que todas las personas tienen derecho a "practicar deporte sin discriminación". Khelif respondió a las críticas con un desempeño impecable en el ring, venciendo en cuartos de final a la húngara Anna Luca Hamori y en semifinales a la tailandesa Janjaem Suwannapheng, lo que le aseguró su lugar en la pelea por el oro.
En la final, Khelif enfrentó a Liu Yang, una boxeadora china de 32 años que había llegado a la instancia decisiva tras superar a Alcinda Lucas Dos Santos de Mozambique y a la belga Oshin Derieuw, y vencer en semifinales a la taiwanesa Chin Nien Chen. Sin embargo, el dominio de Khelif en el combate final fue absoluto, dejando sin dudas a los jueces.