Tres policías fueron acusados formalmente de usar a presos como albañiles
El exjefe de la Unidad Regional Norte, Gustavo Beltrán, fue imputado junto a dos subordinados por trasladar ilegalmente a detenidos para trabajar en su vivienda particular. La audiencia se suspendió por un problema de salud de uno de los acusados.
Tres policías tucumanos, entre ellos el exjefe de la Unidad Regional Norte (URN), Gustavo Javier Beltrán, fueron acusados formalmente por utilizar a presos como albañiles en una obra privada en El Cadillal. La audiencia de formulación de cargos fue encabezada por la fiscal Mariana Rivadeneira, a pedido del Ministerio Público Fiscal (MPF).
Beltrán, de 30 años, fue dado de baja de la fuerza y enfrenta cargos por peculado de uso y de servicio en concurso real con abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público, además de falsificación de instrumento público, tanto como autor como coautor.
Los otros dos imputados, un sargento y un cabo de 45 años, fueron acusados por peculado como partícipes secundarios y falsificación de instrumento público como coautores.
Pruebas y hallazgos en la investigación
El fiscal Federico Lizárraga detalló que la causa se originó a partir de una denuncia anónima y que durante el allanamiento en la vivienda de Beltrán se secuestraron dispositivos móviles, un DVR y una camioneta policial Hilux gris.
Además, intervinieron el Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) y la División de Delitos Telemáticos, que corroboraron los traslados irregulares y la presencia de detenidos trabajando en la obra.
La audiencia debió ser interrumpida debido a un problema de salud de uno de los acusados, por lo que la segunda parte -en la que se definirá la prisión preventiva y otras medidas de coerción- fue reprogramada para el viernes.
Según la investigación, durante dos meses Beltrán dispuso sin autorización judicial el traslado de cuatro detenidos desde las comisarías de Chuscha y Choromoro hacia dependencias de la URN en Tafí Viejo, sin dejar registro oficial.
El 11 de noviembre, el comisario, junto a sus subordinados, falsificó el libro de guardia para encubrir el movimiento de dos presos condenados por abuso sexual, consignando que serían enviados a Chuscha cuando en realidad fueron llevados a su casa en El Cadillal. Allí, los reclusos fueron obligados a realizar tareas de albañilería en beneficio del exjefe policial.