Prófugo por abuso sexual capturado en Brasil: la justicia que Tucumán no le dio, la víctima la encontró en otro país
Marcelo Rivas, condenado por abuso sexual, fue detenido en Brasil luego de años de irregularidades y demoras judiciales en Tucumán. La familia de la víctima sostiene que la captura solo fue posible gracias a su lucha.
Un prófugo que cruzó fronteras mientras la causa se estancaba
La policía de Brasil detuvo a Marcelo Rivas, condenado por abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa, quien llevaba dos años prófugo tras la sentencia dictada por la Justicia tucumana. La captura se concretó en el estado de Río de Janeiro, gracias a la intervención de la Delegacia Especializada de Atendimento à Mulher de Volta Redonda (DEAM-VR), luego de que las autoridades brasileñas recibieran un aviso formal y trabajaran en coordinación con Interpol.
Lo que no logró Tucumán en años, Brasil lo resolvió en menos de un mes
Rivas había escapado antes de ser detenido para cumplir su pena, pese a la condena dictada en 2022 y confirmada en 2023. Su fuga se convirtió en un símbolo de los vacíos, demoras y fallas que signaron el expediente desde el inicio.
Un caso atravesado por demoras, decisiones polémicas y falta de perspectiva de género
La víctima, Lali, denunció a Rivas en 2016. Sin embargo, en 2019 la causa sufrió un retroceso inesperado: la fiscal Mariana Rivadeneira solicitó el sobreseimiento del acusado, decisión cuestionada por organizaciones feministas por carecer de perspectiva de género. Aunque el juez Facundo Maggio rechazó ese pedido, el fiscal de Cámara Alejandro Noguera lo confirmó meses después, dejando la causa prácticamente paralizada.
La familia no se resignó. Dorys, hermana de la víctima, se involucró de lleno en el proceso y fue clave para reactivar el expediente. Presentó recursos, denunció irregularidades y expuso públicamente cada paso del caso.
Sin nuestras acciones, la justicia no se hubiese movido. Fue remar contra la corriente, afirmó Dorys en diálogo con Metacrisis Tuc.
Finalmente, y tras años de reclamos, la causa llegó a juicio recién en 2022. En diciembre de ese año, la jueza Alicia Freidenberg condenó a Rivas a cinco años de prisión. Pero la sentencia tardó un año en quedar firme. Para entonces, el condenado ya se había fugado.
Brasil hizo lo que Tucumán no: detener a un condenado que ya tenía sentencia
La intervención de Interpol y la rápida actuación de la policía brasileña permitieron ubicar a Rivas y detenerlo. Según informó Metacrisis, la captura se logró tras un procedimiento articulado entre las autoridades tucumanas, el Ministerio Público Fiscal y la justicia brasileña.
La imagen de Rivas esposado marcó un giro emocional para la familia de la victima
"Sentí alivio cuando lo vi detenido. De alguna manera es un cierre", expresó Dorys. Pero también insistió en el punto clave: "Lo que no se resolvió en dos años, demoró menos de un mes".
El proceso que viene: extradición y responsabilidades pendientes
Ahora, la Justicia de Tucumán deberá avanzar en las gestiones para solicitar la extradición de Rivas y asegurar que cumpla efectivamente su pena. Paralelamente, organizaciones feministas y de derechos humanos reclaman que se investigue la responsabilidad institucional por las demoras y decisiones que permitieron que huyera.
La captura en otro país deja expuesto un problema profundo: no era falta de herramientas, era falta de voluntad.
La detención internacional no solo cierra un capítulo judicial; también reabre el debate sobre cómo funcionan -o fallan- los mecanismos de justicia cuando se trata de violencia de género.
Con info de metacrisis