A menos de 50 días de que expiren las facultades delegadas que recibió con la Ley Bases, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, confirmó que no pedirá una prórroga. En cambio, anticipó que aprovechará ese tiempo para ejecutar una serie de reformas estructurales por decreto.

"Desde el inicio supimos que el plazo era limitado, y todo lo que se podía hacer con estas herramientas va a estar hecho antes de que venzan", explicó. Para su equipo, instaló relojes que marcan la cuenta regresiva.

El objetivo: avanzar con cierres, fusiones y reestructuraciones dentro del Estado, reforzando la línea del ajuste que impulsa Javier Milei. "La motosierra sigue a full", aseguró el ministro.

Bajaron los aranceles y estalló la polémica en Tierra del Fuego

Uno de los anuncios más recientes generó fuertes cruces con la provincia austral. El Gobierno eliminó aranceles para celulares, televisores, consolas y aires acondicionados, lo que pone en riesgo miles de empleos en las plantas de ensamblaje fueguinas.

Sturzenegger minimizó el impacto laboral: "Estamos hablando de 2.000 personas en un universo de seis millones de trabajadores". Y defendió la medida con un argumento económico: "Si la gente paga menos por un celular, gasta más en otras cosas y eso también genera empleo".

Desde la provincia, en cambio, alertan sobre 8.000 posibles despidos y acusan al Gobierno de desmantelar su principal industria.

El plan a futuro: reformas laborales tras la baja de la inflación

Mirando hacia adelante, Sturzenegger vinculó el destino de nuevas reformas al resultado electoral de La Libertad Avanza y a la evolución de la inflación. Según dijo, una vez que los precios se estabilicen, será necesario revisar "las rigideces del mercado laboral", aunque admitió que esa discusión requerirá pasar por el Congreso.

Mientras tanto, sigue en marcha la transformación del Estado. "Nos dieron un año, lo usamos como ningún otro gobierno desde el retorno de la democracia", sentenció.