Con el objetivo de conseguir la aprobación definitiva del Presupuesto 2026 el próximo viernes 26 de diciembre, el Gobierno nacional intensifica las negociaciones en el Senado, donde necesita consolidar el apoyo de sus aliados. La estrategia oficialista se definirá este domingo a las 18 horas en una reunión virtual de los 44 senadores del bloque aliado, quienes buscarán unificar su postura ante los reclamos concretos que plantean los gobernadores de sus provincias.

La experiencia traumática de la votación en la Cámara de Diputados, donde el oficialismo intentó incluir artículos condicionantes que derivaron en un fuerte rechazo opositor, dejó una lección clara: los gobernadores tienen un poder de veto decisivo y no están dispuestos a otorgar su apoyo sin contrapartidas concretas. "Les dimos quorum en Diputados porque llamaron desesperados... pero no hay nada en el proyecto para los reclamos provinciales", afirmó una fuente cercana al bloque Provincias Unidas, que anticipó que podría replicar su estrategia de condicionar el voto si sus demandas no son escuchadas.

Los principales reclamos sobre la mesa

Los llamados telefónicos desde el Ejecutivo a las provincias se han multiplicado en las últimas horas, pero según las fuentes consultadas, aún no se traducen en compromisos presupuestarios concretos. El núcleo de la negociación gira en torno a dos ejes principales:

1. Las cajas previsionales provinciales: Es el tema más urgente y sensible para los gobernadores. Exigen garantías de financiamiento y transferencias para sostener los sistemas jubilatorios locales, una de las mayores presiones fiscales que enfrentan las provincias.

2. Obra pública y fondos discrecionales: Los mandatarios provinciales reclaman la inclusión de partidas específicas para infraestructura y desarrollo en sus territorios, argumentando que el proyecto actual carece de una mirada federal y no atiende las necesidades concretas de las regiones.

La presión del Gobierno y el artículo clave

Para el ministro de Economía, Luis Caputo, la aprobación del presupuesto es crucial tras dos años de prórrogas. Más allá de la señal de gobernabilidad que busca enviar al mercado, el proyecto contiene un instrumento vital para su gestión: el artículo 56, que le otorgaría facultades para realizar canjes de deuda sin estar sujeto a las restricciones de la actual Ley de Administración Financiera.

La reunión de este domingo será, por lo tanto, un termómetro clave. Si los senadores aliados logran articular un frente común con demandas claras, podrían forzar al Ejecutivo a realizar modificaciones de última hora en el proyecto. De lo contrario, se avizora una sesión tan o más compleja que la de Diputados, donde el oficialismo verá puesto a prueba su capacidad real de construir acuerdos legislativos duraderos más allá de la lealtad partidaria inicial.