YPF gastó en publicidad más que nunca desde su reestatización en 2012. En el primer trimestre de este año, la petrolera con mayoría estatal desembolsó $32.617 millones en pauta publicitaria, un 55% más que en el mismo período de 2024. El dato fue confirmado por el sitio Chequeado, tras una demanda judicial que obligó a la empresa a transparentar los números.

La caja roja de YPF y el rol de Santiago Caputo

Mientras el gobierno de Javier Milei promete austeridad, el gasto en medios amigos crece a través de las empresas estatales. En 2024, YPF destinó $97.110 millones a publicidad, triplicando lo gastado en 2023. En total, en apenas un año y medio de gestión libertaria, la pauta se duplicó en términos reales.

El manejo de esos fondos está en manos de Santiago Caputo, asesor presidencial de extrema confianza, y su socio Guillermo Garat, vicepresidente de YPF. Ambos resisten los pedidos judiciales de información sobre cómo se reparte la millonaria pauta. Aunque la empresa cotiza en bolsa, su balance se publica solo en inglés, con datos imprecisos y difícil acceso para la ciudadanía.

Un déficit récord y gastos sin control

YPF informó una pérdida neta de 10 millones de dólares en el primer trimestre de 2025. Un contraste enorme con los 657 millones de dólares de ganancia que había registrado en el mismo período del año pasado.

"Están gastando todo en la campaña", aseguró a La Política Online una fuente con acceso al directorio. El renglón de gastos operativos, que incluye contratos, tecnología y sponsoreo, absorbió gran parte del presupuesto sin rendición detallada. La Justicia, tras el pedido de Chequeado, forzó a la petrolera a revelar parte del gasto, pero el presidente de YPF, Horacio Marín, aún se niega a presentar los documentos completos.

¿La motosierra no llega a la pauta?

La promesa de Milei de eliminar la pauta oficial quedó desmentida: no se eliminó, se trasladó a YPF, Banco Nación y Aerolíneas Argentinas. Lo que antes era gasto directo del Estado nacional ahora circula por empresas públicas sin control parlamentario. Esta ingeniería permite mantener vínculos con medios afines sin pasar por los mecanismos de transparencia de la administración central.

En una administración que promueve el recorte como principal bandera, la publicidad oficial sigue viva, pero más oculta que nunca.