El cierre de listas dejó a Santiago Caputo, hasta ahora uno de los cerebros detrás de Javier Milei, en un segundo plano. Según trascendidos desde Casa Rosada, el asesor quedó fuera del armado político y ahora se replegará para enfocarse en una función más ambigua: la de "estratega de campaña".

La tensión con Karina Milei terminó por romper el equilibrio interno. La hermana del Presidente impuso su autoridad en el armado nacional y marginó a Caputo y su equipo de confianza. Incluso, versiones indican que llegó a barajarse su renuncia tras el cimbronazo político, algo que finalmente fue descartado.

Pese a su retroceso político, Caputo aún controla áreas clave del Gobierno: conserva influencia sobre YPF, el Ministerio de Salud, la Aduana y la SIDE. También sigue manejando la estrategia digital y la pauta a través de su entorno más cercano.

El "Triángulo de Hierro" ya no existe y Karina consolida su jefatura política

Con este reordenamiento, se da por terminado el llamado "Triángulo de Hierro" que conformaban Milei, Karina y Caputo. El propio Presidente habría deslizado que ese esquema ya no corre, y que su hermana quedó como única jefa política del espacio.

Patricia Bullrich, por su parte, aparece como una figura en ascenso. El plan sería ubicarla como cabeza de lista en el Senado por CABA, desplazando definitivamente a Victoria Villarruel, con quien Milei rompió relaciones. Fantino llegó a sugerir que el Presidente la sospecha de conspirar junto a sectores financieros para desestabilizar al Gobierno.

Mientras tanto, el silencio en redes de "Las Fuerzas del Cielo" -el equipo digital de Caputo- fue elocuente. Ni el propio "Gordo Dan" (Daniel Scioli, alias en ese espacio) dio señales, lo que confirmó que el repliegue es real. Internamente, Caputo habría ordenado "perfil bajo" y evitar choques con Karina.

Caputo busca sostenerse en las sombras mientras el mileísmo redefine su juego interno

El asesor libertario todavía tiene poder operativo y recursos, pero quedó desplazado del corazón de la toma de decisiones. El cambio se evidenció en la nula respuesta de su aparato digital tras el cierre de listas, y en los gestos públicos que empezaron a marcar distancias con su figura.

Karina Milei no sólo se impuso en el terreno electoral, sino que logró consolidarse como la referencia política incuestionable para el Presidente. Mientras tanto, los Menem ganan peso territorial y Bullrich se acomoda como nueva alfil legislativa.

En ese nuevo mapa, Santiago Caputo intenta evitar una caída más abrupta. Sin revancha inmediata, apuesta a preservar su lugar detrás de escena, aunque ya sin la centralidad que supo tener.