El gobierno provincial prepara una nueva capa de maquillaje de reforma electoral, que en la práctica nada cambiará la vergonzosa forma de elegir autoridades provinciales.

En una reunión entre el gobernador Osvaldo Jaldo, el vicegobernador Miguel Acevedo y el presidente Subrogante de la Legislatura, Sergio Mansilla, acordaron sesionar el 18 de diciembre con un temario electoral que no modificará para nada el caos del cuarto oscuro.

Precisamente fue Mansilla quien logró imponer su criterio para que los ciudadanos sigan encontrando un festival de boletas en el cuarto oscuro.

El presidente subrogante de la Legislatura fue uno de los pocos legisladores que expresó públicamente su rechazo a recortar los acoples. Entendía que una reforma de esas características podría hacer peligrar la hegemonía peronista en algunas intendencias y delegaciones comunales.

Entre los puntos que se incluirán en la reforma es la acotación de acoples a la cantidad de bancas en disputas en cada sección electoral y a concejales en cada municipio. También se estableció que, por el momento, no se implementarán ni la boleta única de papel ni la boleta electrónica, que es impulsada por el vicegobernador Miguel Acevedo. Por ahora, la reforma impulsada por el vicegobernador deberá esperar.

En las elecciones provinciales de 2023 en la Capital hubo 41 acoples, de los cuales 22 pertenecían al oficialismo provincial. Es decir, con esta limitación, el peronismo perderá sólo tres acoples respecto de la última elección. La nada misma.

No es la primera vez que se anuncia con bombos y platillos una reforma electoral que luego queda en un retoque mínimo.

En 2015, luego de unas escandalosas elecciones, la Cámara Contencioso Administrativa había suspendido las elecciones y la Corte Suprema, de manera inédita, un domingo a la noche convalidó los comicios que marcaron el fin del reinado de Alperovich en la provincia. Una brutal represión y una semana de marchas a Casa de Gobierno fueron el síntoma de agotamiento de un sistema electoral creado a imagen y semejanza del Zar Tucumano para conservar el poder. El gobernador electo, Juan Manzur, había anunciado una reforma electoral para descomprimir la situación.

Sin embargo, esa anunciada reforma se redujo a la presentación del libro "Tucumán dialoga", que en concreto, no cambió nada la forma de elegir autoridades provinciales. En 2018, para limitar los acoples, se determinó el fin de los partidos políticos municipales y comunales y sólo podían competir partidos provinciales. Resultado: cuartos oscuros inundados de acoples.

Pasaron 10 años de distintos anuncios de reformas electorales, pero el sistema sigue siendo el mismo, pero con una capa más de maquillaje.