La decisión del presidente Javier Milei de vetar la moratoria jubilatoria aprobada por Diputados reabrió el debate sobre la lógica del ajuste fiscal. Mientras el Ejecutivo impulsa una ley que permite blanquear capitales no declarados, rechaza una medida que permite a trabajadores informales acceder a la jubilación. Ambas acciones suponen, en esencia, condonaciones de deudas con el Estado.

"Esperemos que los senadores no apoyen esta demagogia populista, pero de cualquier forma nuestro compromiso es vetar cualquier cosa que atente contra el equilibrio", expresó Milei en la red social X.

Sin embargo, datos recientes de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) revelan una fuerte contradicción en esa postura: el costo de la moratoria previsional equivale al 0,16% del PBI, mientras que los intereses de la deuda pública ya representan el 4,8%.

Intereses que se disparan y un superávit que se vuelve ficticio

De acuerdo a la OPC, en abril de 2025 los intereses capitalizados de deuda llegaron a $4,76 billones. Al mismo tiempo, el Tesoro Nacional informó un superávit financiero de $572.341 millones, aunque si se incluyen esos intereses omitidos, el resultado real es un déficit de $4,19 billones.

Este fenómeno se explica porque el gobierno contabiliza los intereses de deuda recién al momento del pago, una práctica que oculta el verdadero peso del endeudamiento. Solo en lo que va del año, los intereses subieron del 2,6% al 4,8% del PBI.

Una moratoria con bajo impacto y alto valor social

En contraste con los abultados intereses, la moratoria previsional -destinada a personas que no completaron los aportes necesarios- tiene un costo mínimo: según la OPC, equivale al 0,084% del PBI en su primer año y al 0,081% en el segundo. En total, el impacto fiscal acumulado sería de apenas 0,165%.

En este contexto, se viralizó una frase del diputado Nicolás Massot (Encuentro Federal) durante el debate en Diputados:

"Hay un equilibrio fiscal que puede ser deficitario", sostuvo, cuestionando la rigidez del planteo oficialista.