Mauricio Macri tomó distancia de la estrategia exterior impulsada por Javier Milei y afirmó que China resulta un socio más complementario para la Argentina que Estados Unidos. Según su visión, la relación con Beijing ofrece mayores oportunidades comerciales, especialmente en materia de exportación de alimentos y materias primas.

El expresidente consideró que apostar de forma excluyente por un solo aliado puede limitar el margen de maniobra del país en el escenario global.

Los argumentos detrás de su postura

Macri explicó que Estados Unidos compite con la Argentina en varios rubros productivos, mientras que China demanda en grandes volúmenes bienes que el país puede proveer. Esa diferencia, sostuvo, hace que el vínculo con el gigante asiático sea más funcional desde una lógica económica.

Además, recordó que durante su gestión buscó mantener equilibrio entre las potencias sin romper relaciones estratégicas clave.

El debate sobre el rumbo internacional

Las declaraciones reabren la discusión sobre el modelo de inserción internacional que debería adoptar la Argentina. Mientras Milei promueve un alineamiento más ideológico con Estados Unidos, Macri propone una mirada basada en intereses comerciales y pragmatismo diplomático.

El contrapunto expone dos formas distintas de entender la política exterior: una centrada en afinidades políticas y otra enfocada en oportunidades económicas y diversificación de mercados.