La Casa Rosada presentó este martes el Consejo de Mayo, un espacio de diálogo entre gobierno, sindicatos y empresarios, pensado como una antesala del paquete de reformas que Javier Milei quiere impulsar en 2026. Sin embargo, las decisiones más relevantes no se toman en ese foro, sino en los ministerios de Economía, Capital Humano y Desregulación, bajo la coordinación de Luis Caputo, Sandra Pettovello y Federico Sturzenegger.

El Gobierno ya trabaja en reformas laboral, impositiva y previsional, aunque esta última quedaría relegada por los tiempos que demanda su implementación. "No te dan los tiempos del mercado laboral para llegar al 2026", confió una fuente oficial. En cambio, las dos primeras son prioridad absoluta. El objetivo es claro: reducir la informalidad laboral, que ronda el 42%, y ampliar la base de contribuyentes.

El eje: bajar costos laborales y flexibilizar convenios

Milei considera que la legislación vigente desalienta la contratación formal y genera incentivos perversos. Por eso, busca modificar los convenios colectivos y avanzar en un esquema de negociación por empresa. Según Gerardo Martínez (UOCRA), la CGT llevará su propia propuesta, mientras que la UIA también mostró predisposición al debate: "Hay que modernizar las condiciones laborales", señalaron.

El presidente ya anticipó que continuará con su política de desregulación: "Hicimos 2500 reformas, vamos a seguir hasta ser el país más libre del planeta", dijo. Aunque reconoció que muchas de estas iniciativas deben pasar por el Congreso y que su capacidad de maniobra aún es limitada. "Hiciste 999 reformas y la que falta es la que te define", advirtió.

La tensión con los gobernadores y la interna libertaria

La implementación de estas reformas también depende de los acuerdos políticos. La relación con gobernadores e incluso con legisladores cercanos a Mauricio Macri empieza a mostrar fisuras, especialmente por la disputa territorial con vistas a las elecciones. "Competimos con ellos por cargos, pero necesitamos sus votos", admite un operador del oficialismo.

Esta tensión refleja una de las internas clave del Gobierno: mientras la estructura partidaria está liderada por Martín Menem y Eduardo "Lule" Menem, la gestión está en manos del asesor presidencial Santiago Caputo. Y aunque antes se pensaban como espacios separados, hoy el oficialismo reconoce que están inevitablemente entrelazados. El músculo político será determinante para convertir las reformas en leyes.