El martes por la tarde, tras la conferencia donde se anunciaron las nuevas iniciativas enviadas al Congreso, Federico Sturzenegger (ministro de Desregulación y Transformación del Estado) se dirigió directamente al Palacio Legislativo para presentar el detalle de cada proyecto a los diputados de La Libertad Avanza, quienes tendrán la tarea de asegurarse los votos para su aprobación.

Aunque su intención era asistir acompañado por miembros de su equipo, terminó yendo solo: varios técnicos continuaban ultimando el texto de la reforma laboral, considerada la propuesta más compleja por la falta de apoyo de los sectores involucrados. De hecho, el representante sindical en el Consejo de Mayo, Gerardo Martínez (UOCRA), se ausentó por primera vez de la reunión previa a los anuncios, en lo que su entorno interpretó como un mensaje directo contra los cambios impulsados por el Gobierno.

Finalmente, el texto no incluyó la eliminación de las cuotas solidarias, uno de los puntos más resistidos por los gremios, pero incorporó una modificación clave: las cuotas de afiliación dejarán de ser retenidas de manera obligatoria por las empresas y pasarán a ser optativas, siempre que exista conformidad expresa del trabajador.

El dictamen, que debía publicarse en las últimas horas, quedó demorado por la ausencia del presidente Javier Milei, quien viajó a Noruega para asistir a la ceremonia del Premio Nobel de la Paz entregado a María Corina Machado. Recién este jueves, tras su regreso, la iniciativa será girada formalmente al Senado.

Mientras tanto, en la Cámara alta, la flamante jefa del bloque oficialista, Patricia Bullrich, encabezó una reunión para coordinar los pasos a seguir luego del recambio legislativo. La prioridad será debatir la reforma laboral en una sesión prevista para el 23 o 26 de diciembre, aunque las propias autoridades reconocen que los tiempos son muy ajustados.

"Es difícil que se llegue. El Senado exige siete días entre el dictamen y la votación en el recinto. Para evitarlo se necesitan dos tercios, y eso hoy es muy complicado", explicó a Infobae una fuente que participa de las conversaciones.

Presupuesto 2026, glaciares, Código Penal y el reloj que corre: el desafío político del oficialismo

El Poder Ejecutivo busca avanzar durante diciembre con las seis iniciativas incluidas en el llamado a sesiones extraordinarias, que rige desde este miércoles hasta el 31 de diciembre. Sin embargo, varios legisladores advierten que, entre feriados y demoras previas, el mes operativo se reduce prácticamente a unos diez días.

En Diputados, el foco está puesto en el Presupuesto 2026, la Ley de Inocencia Fiscal y el Compromiso Nacional para la Estabilidad Fiscal y Monetaria. El presidente de la Cámara, Martín Menem, encabeza las negociaciones para que el proyecto de presupuesto vuelva a obtener dictamen -el anterior quedó sin efecto tras el recambio legislativo- y llegue al recinto la próxima semana.

En paralelo, el Senado deberá tratar otras tres piezas claves: la ya mencionada reforma laboral, la modificación de la Ley de Glaciares y el nuevo Código Penal. Para eso, primero será necesario renovar autoridades y conformar todas las comisiones parlamentarias.

El jefe de Gabinete, Manuel Adorni, presentó recientemente al nuevo secretario de Asuntos Estratégicos, Ignacio Devitt, quien será el enlace directo entre Casa Rosada y el Congreso, y tendrá un papel central en la coordinación política de estas semanas.

Con el tiempo en contra y un escenario legislativo fragmentado, el Gobierno ya anticipa que convocará a nuevas sesiones extraordinarias en enero y febrero para continuar el tratamiento del paquete de reformas. Aun así, la intención inmediata es avanzar lo más posible en los próximos días para evitar que el debate se empantane durante el verano.