La acusación que puso a José Luis Espert en el centro del debate político apunta a un supuesto financiamiento de su campaña presidencial de 2019 por parte de Federico "Fred" Machado, empresario detenido y reclamado por la justicia estadounidense por delitos vinculados al narcotráfico. La denuncia pública la impulsó el dirigente Juan Grabois y fue presentada ante la justicia federal; entre los documentos que circulan figura una planilla que menciona un pago de 200.000 dólares.

La defensa pública de Espert: argumentos y excusas

En su primera reacción formal ante los medios, Espert negó cualquier vínculo doloso con Machado. Dijo que conoció al empresario en 2018, cuando le prestó un avión para una presentación de su libro, y que en 2019 los vuelos y la camioneta blindada que utilizó fueron facilitados por el sello partidario (UNITE), no por él directamente. "¿Puedo saber yo en 2019 lo que hace una persona dos años después?", preguntó retóricamente en A24, y afirmó: "Yo usé vehículos que el sello partidario me proveía. No sabía que eran de él. Fui ingenuo en 2019".

Respuesta política: no baja de la candidatura y amenaza con demandas

Espert descartó bajarse de la lista y afirmó sentirse "más fuerte que nunca". Además, anunció que llevará a Grabois a la Justicia: "No voy a prestarme al juego de Grabois... Le voy a contestar en la justicia y lo voy a seguir hasta abajo de la cama", dijo. También reclamó que la denuncia no ocupe el centro de la campaña y acusó a sus adversarios de querer distraer con "campañas sucias".

La denuncia reaviva investigaciones previas y apuntala la agenda mediática contra Espert en pleno tramo final hacia las legislativas. Judicialmente, la causa seguirá su curso para determinar si existen movimientos de dinero que configuren lavado o financiamiento ilegal de campaña; en paralelo, los efectos políticos ya se notan: la oposición lo cuestiona y el oficialismo lo respalda públicamente por ahora.