La interna del peronismo bonaerense sumó un nuevo capítulo luego de las protestas encabezadas por sectores vinculados a Juan Grabois en los municipios de Quilmes y Lanús, ambos gobernados por intendentes de La Cámpora. En la organización que lidera Máximo Kirchner crece la sospecha de que el dirigente social mantiene un acuerdo político con Axel Kicillof para desgastar a los jefes comunales camporistas.

Las manifestaciones, protagonizadas por cooperativistas que responden a la UTEP, incluyeron cortes de calles, incidentes frente a edificios municipales y fuertes críticas a los intendentes. En el camporismo sostienen que no se trata de reclamos espontáneos, sino de acciones con intencionalidad política.

Protestas coordinadas y acusaciones de intencionalidad política

Desde La Cámpora remarcan que la secuencia de protestas no es casual y apuntan a un armado deliberado. Señalan que Grabois cuestionó públicamente a las gestiones municipales pero evitó responsabilizar al gobierno bonaerense por el accionar policial, lo que reforzó las sospechas internas.

También pusieron el foco en la presencia de dirigentes vinculados al Movimiento Evita durante la protesta en Lanús y en los vínculos de esos referentes con sectores cercanos al gobernador. "Es un piquete con una clara intencionalidad política, no un reclamo genuino", sostienen desde el kirchnerismo, donde consideran que las acciones buscan marcarle la cancha a los intendentes camporistas en sus propios territorios.

Reproches a Cristina y tensiones históricas

El conflicto reactivó además reproches internos hacia Cristina Fernández de Kirchner por los lugares que le otorgó a Grabois en las listas legislativas, tanto a nivel nacional como en el armado de su espacio. Aunque las diferencias no son nuevas, en La Cámpora admiten que el malestar se profundizó tras los últimos episodios.

Dirigentes del peronismo recuerdan que Grabois nunca se subordinó a la conducción de Máximo Kirchner y que su relación política estuvo históricamente más cerca de Wado de Pedro, hoy alineado con Kicillof. Desde el Movimiento Evita, en tanto, reconocen un proceso de distanciamiento de La Cámpora y un acercamiento al gobernador bonaerense, aunque aseguran que Grabois mantiene su discurso de respaldo a Cristina como figura central del espacio.

La disputa expone una interna cada vez más visible dentro del peronismo, con cruces, desconfianzas y movimientos tácticos que empiezan a proyectarse hacia el escenario electoral de los próximos años.