El Senado rechazó los decretos del Gobierno que buscaban reestructurar organismos públicos
La oposición logró frenar las iniciativas oficiales y marcó otro revés político para la Casa Rosada.
En una jornada cargada de cruces políticos, el Senado de la Nación rechazó los decretos que impulsaba el Gobierno para desregular y reorganizar distintos organismos públicos. La votación significó un nuevo revés para la Casa Rosada, luego de que la Cámara de Diputados ya los hubiera desactivado la semana pasada.
Entre las medidas se encontraba el DNU sobre la Marina Mercante, cuestionado por su impacto en el derecho a huelga y la definición de "servicio esencial". También se debatieron decretos que proponían la transformación del Banco Nacional de Datos Genéticos, la disolución de Vialidad Nacional y cambios profundos en organismos como el INTI, el INTA y entidades culturales.
Argumentos cruzados en el recinto
Desde el oficialismo, el senador Ezequiel Atauche defendió la propuesta del Ejecutivo y aseguró que "no se eliminan funciones, se trata de una reorganización legal". Sin embargo, la mayoría opositora cuestionó tanto el contenido como el procedimiento utilizado para avanzar por vía de decretos.
La votación reflejó un mapa político claro: mientras La Libertad Avanza, parte del PRO y algunos aliados respaldaron los cambios, el grueso de la oposición, integrado por Unión por la Patria, la UCR, bloques provinciales y federales, se alineó para rechazarlos.
Cinco rechazos consecutivos
El resultado fue categórico: el Senado rechazó en forma consecutiva las cinco iniciativas del Ejecutivo, entre ellas las que afectaban al INTI, el INTA, Vialidad Nacional y organismos culturales.
Para la oposición, el debate se centró en la defensa de los derechos laborales, el acceso a la cultura y la preservación de instituciones creadas tras el retorno democrático. Desde el oficialismo, en cambio, se insistió en la necesidad de achicar el Estado y reducir gastos.
Con esta definición, la Cámara Alta cerró una jornada de fuerte impacto político, que deja a la gestión libertaria frente a un nuevo escenario de bloqueo legislativo.