La tensión entre el presidente Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel volvió a quedar en evidencia este jueves, luego de que el vocero presidencial, Manuel Adorni, afirmara en conferencia de prensa que "el Presidente considera que no es parte de la gestión".

El mensaje llegó tras la polémica frase que Milei pronunció durante un evento libertario en Córdoba, donde calificó a Villarruel como "la bruta traidora" ante una multitud que lo ovacionó. La declaración encendió la interna oficialista y generó un nuevo capítulo de desencuentros entre los socios de fórmula.

"Todo el mundo sabe que la Vicepresidente no es parte del proyecto", sostuvo Adorni desde Casa Rosada.

 "Independientemente de la terminología utilizada por el Presidente, no forma parte de ese norte que estamos construyendo", agregó, reforzando la idea de una ruptura política consolidada.

Milei volvió a cargar contra Villarruel en "La Derecha Fest"

Durante su participación en "La Derecha Fest", un evento libertario celebrado en el hotel Quórum de Córdoba, Milei redobló las críticas hacia su vicepresidenta. Además de acusarla de romper "la primera ley de la economía", sostuvo que había traicionado los principios del gobierno.

La frase "Roma no paga traidores" fue una de las más repetidas por los asistentes, incluso impresa en remeras que se vendían en la entrada. La convocatoria superó las 2.500 personas y se convirtió en una verdadera demostración de fuerza del núcleo duro libertario.

El Gobierno minimiza el impacto institucional

Consultado sobre la posibilidad de gobernar en medio de una interna tan abierta, Adorni desdramatizó: "Hace un año y medio que gobernamos con resultados bastante prominentes. Son cuestiones del día a día y no afectan la gestión".

Además, restó importancia al peso institucional del conflicto: "No hay sorpresas. Simplemente no forma parte del gobierno ni de las decisiones del día a día".

Una interna que se arrastra desde el inicio del mandato

Las diferencias entre Milei y Villarruel comenzaron a hacerse públicas a poco de asumir, pero se intensificaron en los últimos meses con el cierre de listas y la disputa por espacios de poder. La vicepresidenta evitó confrontar públicamente, pero su creciente autonomía en el Senado fue percibida como una amenaza por el entorno presidencial.

Pese a los intentos de algunos sectores por enfriar la disputa, el nuevo ataque verbal de Milei parece profundizar la grieta interna. Las próximas semanas serán clave para saber si habrá una tregua o si la fractura terminará por traducirse en un quiebre institucional.