El Gobierno Nacional terminó revirtiendo una de sus decisiones más polémicas de las últimas semanas: la reasignación del Renaper y la Secretaría de Deportes, que habían pasado inesperadamente a manos de Patricia Bullrich y del vocero presidencial Manuel Adorni.

La maniobra se conoció justo cuando Diego Santilli se preparaba para jurar como ministro del Interior, lo que generó fuerte malestar puertas adentro. El decreto ya había sido publicado en el Boletín Oficial y el ruido político fue tal que la Casa Rosada decidió retroceder.

Voceros libertarios confirmaron que se daría marcha atrás y que ambas áreas volverían al control original de Santilli. Pero el daño ya estaba hecho: en Interior hablaron de un "papelón" y en el Gobierno comenzaron los pases de factura.

Caputo y Adorni, en el centro de las acusaciones

Según fuentes oficiales, los sectores más cercanos a Karina Milei apuntaron directamente contra Santiago Caputo, que supervisa la Secretaría Legal y Técnica -encabezada por María Ibarzábal Murphy-, responsables de la redacción de los decretos.

Del otro lado, el sector enfrentado acusó a Adorni de haberse "sobregirado" en sus nuevas funciones y de operar comunicacionalmente decisiones que no estaban completamente consensuadas.

La disputa interna quedó expuesta durante los nueve días en los que el Renaper permaneció formalmente bajo el mando de Bullrich.

Bullrich bromeó con los DNI que alcanzó a firmar

En ese breve lapso, la ministra de Seguridad incluso llegó a firmar algunos DNI tramitados después del 11 de noviembre. Ella misma lo mencionó con ironía, al hablar de "una edición limitada" de documentos que llevan su nombre.

Finalmente, ya con la restitución oficializada, Bullrich dejó un mensaje dirigido a Santilli: "Ahora le toca al Colo."

La interna, sin embargo, está lejos de cerrarse: el episodio dejó expuestos los roces de poder dentro del Gobierno y la fragilidad en la coordinación de decisiones claves.