El Congreso nacional cerró 2025 con apenas 11 leyes sancionadas, el número más bajo de los últimos diez años. El dato surge del Balance 2025 elaborado por Directorio Legislativo (DL) y expone un Parlamento atravesado por la falta de acuerdos, la debilidad del oficialismo y una oposición que logró imponer su agenda.

Durante el período ordinario hubo 22 sesiones, la mitad de ellas especiales, lo que reflejó un funcionamiento irregular y negociaciones fragmentadas. En ese contexto, el oficialismo no consiguió convertir ningún proyecto propio en ley.

Un Congreso en clave de control y resistencia

El rasgo distintivo del año fue el uso intensivo de emplazamientos a comisión: se registraron 20 en total, cuando en años anteriores no superaban los tres. La oposición utilizó esta herramienta para forzar el tratamiento de iniciativas que el Gobierno buscaba demorar.

De las 11 leyes aprobadas, ocho fueron impulsadas por la oposición y tres correspondieron a acuerdos internacionales enviados en gestiones anteriores. Entre las normas sancionadas se destacaron la emergencia en Bahía Blanca, aumentos a jubilaciones, la Emergencia en Discapacidad, el financiamiento universitario y la Emergencia en Salud Pediátrica.

Vetos, insistencias y choque institucional

La respuesta del Ejecutivo fue el veto: siete de las 11 leyes fueron rechazadas por el presidente Javier Milei. En tres casos, el Congreso insistió y logró revertir la decisión, profundizando la tensión entre ambos poderes.

El control también se extendió a los decretos de necesidad y urgencia. En 2025 se rechazaron cinco DNU sobre un total de 33, consolidando un Congreso con un rol activo como contrapeso institucional.

Qué puede cambiar en 2026

Pese al escenario adverso de 2025, DL advierte que el panorama podría modificarse. Tras las elecciones de octubre, La Libertad Avanza y el PRO sumaron 95 diputados y se convirtieron en la primera minoría, mientras que Fuerza Patria quedó cerca con 93 bancas.

En el Senado, LLA pasó a ser la segunda minoría con 21 miembros, detrás del peronismo, que mantiene 28 pero con sectores abiertos a negociar. Si el oficialismo logra construir alianzas, podría dejar atrás una estrategia defensiva y avanzar con una agenda propia en 2026.