El cierre de listas dejó expuesta la crisis interna en la CGT. La ausencia casi total de referentes sindicales en las boletas del peronismo reavivó las críticas a la conducción actual y aceleró los reclamos por una renovación profunda de la central obrera.

En chats gremiales y reuniones privadas ya se habla abiertamente de terminar con el formato de conducción tripartita. La presión por un solo secretario general crece, junto con la propuesta de cambiar el estatuto para democratizar la elección de autoridades.

La bronca viene de arrastre: silencio con Cristina y acuerdo tardío con Kicillof

Varios gremios venían cuestionando a la cúpula de la CGT por no haber respaldado a Cristina Kirchner tras su proscripción judicial. El acercamiento reciente a Axel Kicillof, además, fue leído como oportunismo. "Discutir poder sin pertenecer a un proyecto es un error", dijo Carlos Ortega, del gremio de ANSES (Secasfpi), que también encabeza el PJ de Campana.

Desde el gremio de Seguros, Jorge Sola también lanzó críticas: "Nos tenemos que hacer cargo de que nos dejaron afuera. La CGT tiene que dejar de ser un factor de presión para convertirse en un actor real de poder", reclamó en una entrevista radial.

Incluso dirigentes afines al kirchnerismo, como Abel Furlán (UOM), ni siquiera asistieron a la última reunión de la CGT, donde se terminó de confirmar la participación en la marcha de San Cayetano pero sin representar espacios en las listas.

Gremios exigen cambios en el estatuto y apuntan contra "los mismos de siempre"

Uno de los planteos centrales es cambiar la forma en que se eligen las autoridades. Ortega propuso instaurar el voto directo de los secretarios generales para romper con el dominio de "los cinco gremios de siempre", en referencia al histórico bloque de los "gordos".

Mientras tanto, sectores como Las 62 Organizaciones ya se organizan para disputar poder en el próximo congreso cegetista. Su referente, Marcelo Pariente, pidió unificar la conducción y empujar una CGT que confronte con el modelo económico de Javier Milei: "Tiene que haber un solo secretario general con respaldo total para enfrentar las políticas de este gobierno".

El debate sobre si renovar la conducción antes o después de las elecciones de octubre todavía está abierto. Lo que está claro es que la fractura interna ya no se disimula, y el malestar por la falta de peso político empieza a traducirse en presión concreta.