Romero se baja del Senado y el gobierno le ofrece cargos claves para retener su apoyo
Tras anunciar que no renovará su banca, al exgobernador salteño le ofrecieron Interior o la Auditoría.
El oficialismo quiere asegurarse el voto de Romero hasta diciembre
Juan Carlos Romero no seguirá en el Senado a partir de diciembre y en la Casa Rosada ya activaron el operativo contención. El objetivo: que el salteño se mantenga alineado con el oficialismo en los meses finales del año, mientras el gobierno de Javier Milei enfrenta una Cámara Alta cada vez más adversa.
Romero, un viejo operador con peso propio, fue clave en los primeros días de la gestión libertaria para garantizar mayorías mínimas. Pero la relación se fue desgastando. A pesar de no haber tenido una mala medición en Salta, acordó con Santiago Caputo y los Menem bajarse de la contienda electoral.
Una lluvia de ofertas para que no se aleje del todo
Para mantenerlo cerca, desde el oficialismo le acercaron distintas propuestas. Primero, le ofrecieron la presidencia de la Auditoría General de la Nación, que podría quedar vacante si Juan Manuel Olmos asume en la Legislatura porteña. Romero dijo que no.
Después intentaron tentar al salteño con una eventual candidatura a la Corte Suprema, en caso de que se amplíe el tribunal. Pero con 75 años recién cumplidos y el antecedente de la jubilación forzada de Juan Carlos Maqueda, esa opción tampoco lo sedujo.
La última carta sobre la mesa fue el regreso del Ministerio del Interior, que el gobierno podría reinstalar con un rediseño del gabinete. A Romero le ofrecieron ponerse al frente de esa cartera estratégica, pero hasta ahora no hay respuesta definitiva.
El Senado, una pieza que el gobierno ya no controla
El trasfondo de esta serie de movimientos es el creciente deterioro de la relación entre Milei y su vice, Victoria Villarruel, y la pérdida de control sobre el Senado. El rechazo a varios vetos presidenciales -como los de la moratoria previsional y la emergencia por discapacidad- mostró que la Cámara Alta dejó de ser terreno seguro.
Romero es visto como un último dique de contención ante el avance de los bloques dialoguistas que supieron acompañar al oficialismo, pero que ahora se muestran cada vez más críticos. La urgencia por retener su voto hasta diciembre refleja el nivel de preocupación que reina en Balcarce 50.