La oposición choca con trabas en el Senado y busca alternativas para avanzar con leyes clave
Tras la invalidez de los dictámenes sobre moratoria previsional y discapacidad, la oposición evalúa un nuevo camino para forzar el debate pese al bloqueo del oficialismo.
La oposición del Senado sufrió un traspié en su intento de avanzar con tres proyectos sensibles: la prórroga de la moratoria previsional, el ajuste de haberes jubilatorios y la Emergencia en Discapacidad. Aunque los dictámenes ya contaban con media sanción de Diputados, el intento de apurarlos por vía de una autoconvocatoria terminó siendo desactivado por la Secretaría Parlamentaria, que declaró inválido el procedimiento por no respetar los requisitos reglamentarios.
La jugada había sido impulsada por senadores de Unión por la Patria, Martín Lousteau (UCR), Pablo Blanco (UCR) y Guadalupe Tagliaferri (PRO). Ante la negativa del libertario Ezequiel Atauche, presidente de la Comisión de Presupuesto, decidieron reunirse por su cuenta y firmar los dictámenes, que luego ingresaron por Mesa de Entradas. Sin embargo, el Senado consideró que la comisión no había sido oficialmente convocada, lo que dejó sin efecto lo actuado.
El freno libertario y el silencio de Villarruel
La movida opositora incomodó al oficialismo, que mantiene una estrategia firme: no habilitar ningún proyecto que comprometa la meta de déficit cero que defiende Javier Milei. Como contrapartida, los opositores pretendían sumar a la agenda otros dos temas de interés para los gobernadores: el reparto de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y la coparticipación del impuesto a los combustibles.
Pero el revés administrativo puso todo en pausa. Desde la presidencia del Senado, a cargo de Victoria Villarruel, aún no se recibió ningún pedido formal de sesión. Y aunque se presentara, el reglamento del Senado le da margen para dilatar la convocatoria. A diferencia de Diputados, donde el presidente de la Cámara está obligado a fijar fecha y hora cuando recibe una solicitud, en la Cámara alta Villarruel puede tomarse su tiempo, amparada en una redacción ambigua del reglamento.
Qué puede hacer ahora la oposición
Con los dictámenes anulados y sin sesión pedida, los bloques opositores evalúan un Plan B: forzar una sesión especial con los tres proyectos bajo tratamiento sobre tablas. Para eso, necesitan los votos de al menos dos tercios de los senadores presentes, es decir, 48 voluntades si hay asistencia perfecta. No es fácil, pero tampoco imposible.
De concretarse el pedido, el próximo paso quedará en manos de Villarruel, quien podría acatarlo o dilatarlo. La relación entre la vice y Milei está tensa, lo que agrega una capa de incertidumbre a la dinámica parlamentaria. Por ahora, la oposición se reacomoda, pero no baja los brazos.