La cúpula de la Confederación General del Trabajo (CGT) confirmó su participación en el Consejo de Mayo, el espacio multisectorial impulsado por Javier Milei que busca consensuar una reforma laboral junto a empresarios, gobernadores y legisladores. La decisión fue tomada este lunes durante una reunión clave en la sede de Sanidad, encabezada por Héctor Daer.

Aunque el aval fue mayoritario, no estuvo exento de tensiones internas: sectores críticos advertían que no era momento de sentarse con el oficialismo mientras continúe el ajuste, el cepo a las paritarias y se avance en la reglamentación del derecho a huelga.

Gerardo Martínez, el representante cegetista en la mesa de Milei

Será el secretario de Relaciones Internacionales de la CGT y dirigente de la UOCRA, Gerardo Martínez, quien llevará la voz sindical a la primera reunión del Consejo este martes. Martínez aclaró que no se limitarán a debatir el temario oficial: pondrán sobre la mesa reclamos propios, como la defensa de las paritarias libres, mejoras para los jubilados y el rechazo a limitar el derecho de huelga.

Además, anticipó que en los próximos encuentros podrían sumarse representantes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para colaborar en los acuerdos.

Un respaldo con fisuras: críticas internas y ausencias

La decisión de participar en el Consejo no fue unánime. Juan Carlos Schmid, de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), fue el único en expresar abiertamente su rechazo, y este miércoles encabezará una marcha contra la desregulación del sector.

Entre los ausentes del encuentro estuvieron referentes del ala sindical más cercana al kirchnerismo, como Abel Furlán (UOM), quien exige un plan de lucha "sostenido y escalonado" contra las políticas del Gobierno, y Sergio Palazzo (bancarios). Tampoco asistió Laura Lorenzo (SMATA), quien reemplazó al renunciante Mario Manrique.

Aun así, la conducción cegetista -con Héctor Daer, Carlos Acuña, Hugo Moyano, José Luis Lingeri, Julio Piumato, Sergio Romero, entre otros- logró acordar que, pese a las diferencias, es necesario participar del diálogo institucional para no quedar fuera del tablero político.