La empresa Rapanui, conocida por sus populares bombones helados, recibió un crédito por $3.000 millones del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) para terminar una nueva planta en Pilar. El beneficiario es Diego Fenoglio, empresario chocolatero que no ocultó su simpatía por el presidente Javier Milei... y ahora cosecha los resultados.

"Lo juro por Dios, este proyecto lo hago por Milei", había dicho en enero Fenoglio, entusiasmado con la idea de construir un estadio de hockey sobre hielo en Bariloche. Sus palabras no pasaron desapercibidas. Y ahora, con respaldo estatal, podrá triplicar la producción de los bombones que compiten en las heladeras con los clásicos Chomp.

El crédito estatal que llega desde el corazón libertario

El préstamo fue otorgado por el BICE, un banco que depende del Ministerio de Economía y que hoy está alineado con el círculo de Luis "Toto" Caputo. Su vicepresidente es Martín Vauthier, uno de los llamados "Anker Boys", y entre sus directores figura Felipe Núñez, un nombre que viene sonando fuerte en el armado digital del oficialismo.

Pese al discurso de recorte y ajuste, el crédito a Rapanui marca una excepción llamativa: un fuerte respaldo económico a una firma privada, con orientación ideológica afín al gobierno libertario.

Política, chocolate y negocios

El caso de Rapanui despierta tanto interés como polémica. Por un lado, se trata de una empresa nacional que apuesta a crecer. Por otro, el vínculo ideológico entre Fenoglio y el oficialismo genera preguntas sobre la equidad en la asignación de recursos estatales. ¿Es mérito empresarial o premio político?

Mientras tanto, el nuevo proyecto en Pilar sigue en marcha, y se espera que la planta esté lista el mes próximo. La inversión permitirá a la marca expandir su presencia y seguir consolidando a Franuí como uno de los productos argentinos más exportables del rubro.