Donald Trump volvió a la carga contra la Voz de América (VOA), el histórico medio estatal estadounidense fundado en plena Segunda Guerra Mundial. A través de su red Truth Social, el exmandatario -y nuevamente candidato presidencial- tildó a la emisora de ser un "altavoz demócrata" y reclamó al Congreso su cierre inmediato.

"Es un desastre total de izquierda. ¡Hay que eliminarla!", escribió el republicano, quien ya había intentado recortar a la VOA durante su anterior mandato.

Apoyo de Musk y fuertes despidos

El pedido de Trump no fue aislado. Se sumó a una advertencia previa de Elon Musk, quien en febrero -cuando dirigía el Departamento de Eficiencia Gubernamental- había calificado a la VOA como un "gasto absurdo" de dinero público.

"Mil millones de dólares por año para que un grupo de zurdos se hablen entre ellos", publicó Musk en X.

Poco después, la Administración Trump emitió un comunicado con tono más duro: acusó a la VOA de ser "La Voz de la América Radical" y de propagar mensajes "antiestadounidenses". Mencionaron, por ejemplo, la presunta orden de evitar llamar "terroristas" a los miembros de Hamás, salvo que se trate de citas textuales.

Desde marzo, más de 1.400 empleados fueron despedidos, incluyendo a 600 en una sola jornada la semana pasada. El medio quedó reducido a menos de 200 trabajadores.

Kari Lake: "Una amenaza a la seguridad nacional"

El embate contra la VOA fue reforzado por Kari Lake, una aliada cercana de Trump y actual asesora de la Agencia para Medios Globales.

En una audiencia ante el Congreso, Lake fue directa: calificó al medio como "escandaloso", "corrupto" y "peligrosamente sesgado". Para ella, la VOA no solo perdió su razón de ser, sino que representa "una amenaza a la seguridad nacional".

¿Fin de una era?

La Voz de América fue fundada en 1942 para contrarrestar la propaganda nazi y durante décadas fue considerada una herramienta clave de la diplomacia estadounidense. Hoy, el mismo aparato que alguna vez representó al país ante el mundo enfrenta su mayor crisis institucional, con su existencia misma en la cuerda floja.