En una medida sin precedentes, el Gobierno de Donald Trump revocó el permiso que tenía la Universidad de Harvard para inscribir estudiantes extranjeros. La decisión fue comunicada este viernes mediante una carta firmada por Kristi Noem, secretaria de Seguridad Interior, que oficializó la cancelación de la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVIS), clave para permitir el ingreso de estudiantes internacionales.

Este endurecimiento del vínculo con Harvard se produce tras meses de acusaciones del gobierno republicano por lo que considera "una cultura permisiva con el antisemitismo y la censura de discursos alternativos" en el ámbito académico.

Tensiones por discriminación y retiro de fondos

El martes pasado, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) ya había anunciado la cancelación de más de 60 millones de dólares en subvenciones para Harvard, citando su "incapacidad para frenar el acoso antisemita y la discriminación racial". Según el secretario del HHS, Robert Kennedy, estas medidas buscan "defender los derechos civiles en la educación superior".

A estas restricciones se suman los 450 millones retirados el 13 de mayo, y un acumulado de casi 3.000 millones de dólares en fondos eliminados por distintas agencias gubernamentales en las últimas semanas.

Acusan a Harvard de "normalizar el antisemitismo"

La administración Trump también formó un Grupo de Trabajo Federal para Combatir el Antisemitismo, que inspeccionó diez universidades, entre ellas Harvard. El informe concluyó que algunos docentes habrían promovido ideas antisemitas y prejuicios antiisraelíes, especialmente en disciplinas como medicina, salud pública y educación.

"Estas formas de intolerancia se están normalizando en el ámbito académico", advirtió el grupo en su informe. Desde Harvard aún no hubo una respuesta oficial, aunque fuentes internas adelantaron que se evalúan acciones legales y diplomáticas ante lo que consideran un ataque ideológico sin fundamentos.