Tensiones al límite: se agrava la crisis entre Rusia y Azerbaiyán
Arrestos cruzados, acusaciones de tortura y un viejo conflicto geopolítico reavivan una relación bilateral en caída libre.
Durante años, Rusia y Azerbaiyán mantuvieron una relación estrecha basada en intereses económicos y geopolíticos compartidos en el Cáucaso Sur. Pero hoy, el escenario es otro. Con Moscú volcado a la guerra en Ucrania y Bakú fortaleciendo alianzas con Turquía e Israel, la distancia entre ambos crece a un ritmo acelerado.
La última señal de quiebre llegó tras la muerte de dos ciudadanos azeríes detenidos por la policía rusa, en el marco de una investigación por crímenes sin resolver en Ekaterimburgo. El caso desató una ola de acusaciones cruzadas y represalias diplomáticas que profundizan el deterioro entre dos antiguos aliados.
Torturas, detenciones y represalias cruzadas
Los hermanos Huseyn y Ziyaddin Safarov fueron arrestados en Rusia y murieron bajo custodia. Según Bakú, los cuerpos presentaban signos de tortura: costillas rotas, hemorragias internas y golpes visibles. Moscú respondió con una versión más liviana: uno de ellos habría sufrido un paro cardíaco.
Azerbaiyán reaccionó con fuerza. Canceló actividades culturales con Rusia, suspendió reuniones bilaterales y detuvo a empleados de Sputnik, el medio estatal ruso con sede en Bakú. Además, arrestó a otros ciudadanos rusos acusados de delitos cibernéticos y narcotráfico.
Las imágenes de los detenidos rusos con el rostro golpeado circularon por redes sociales, encendiendo la indignación en Moscú. A su vez, las autoridades rusas intensificaron las detenciones de líderes comunitarios azeríes en varias ciudades del país.
Choques diplomáticos y un pasado que vuelve
El conflicto tiene raíces más profundas. Desde el retiro de los soldados de paz rusos de Nagorno Karabaj en 2023, tras la recuperación total del enclave por parte de Azerbaiyán, la influencia de Moscú en la región se diluye. Armenia, antigua aliada del Kremlin, también ha comenzado a alejarse.
A este telón de fondo se suman hechos recientes como la caída de un avión de Azerbaijan Airlines en diciembre de 2024, que Bakú atribuyó al fuego antiaéreo ruso, y la negativa del presidente Ilham Aliyev a participar en eventos oficiales en Moscú.
En una reciente llamada con Volodimir Zelensky, Aliyev criticó el accionar ruso, lo que fue interpretado como un claro gesto de alineamiento con Ucrania. El Kremlin, por su parte, intentó minimizar el conflicto, aunque no ocultó su malestar.
Un tablero regional en plena transformación
El enfriamiento de la relación ruso-azerí no es un hecho aislado, sino parte de un reacomodamiento regional. Con Rusia debilitada por las sanciones y su implicación en Ucrania, países como Azerbaiyán buscan autonomía y nuevas alianzas.
Israel se convirtió en un socio clave para Bakú en materia de defensa, mientras que Turquía sigue siendo un aliado estratégico. Al mismo tiempo, el liderazgo de Aliyev parece decidido a marcar distancia de Moscú, aún a costa de profundizar la crisis diplomática.
Las tensiones siguen en aumento, con cada arresto, cada comunicado y cada gesto político aportando combustible a un conflicto que, aunque no declarado, ya dejó de ser invisible.