El jueves pasado, el gobierno venezolano sorprendió con el anuncio de la detención de un ciudadano argentino en Caracas, identificado como Pablo Gonzalo Carrasco, especialista en ciberseguridad. Carrasco habría ingresado al país con pasaporte italiano para llevar a cabo un trabajo relacionado con sistemas informáticos.

Junto a él fue detenido un colaborador español, aunque las autoridades no precisaron sus identidades ni detalles del operativo. La información fue confirmada por fuentes cercanas al caso y difundida a través del programa televisivo del dirigente chavista Diosdado Cabello.

Acusaciones sin detalles y el fantasma de un complot electoral

Durante su transmisión semanal por Venezolana de Televisión, Cabello lanzó una advertencia: "Si vienen para acá a conspirar, los vamos a agarrar, sépanlo". Afirmó que el operativo se enmarca en una serie de arrestos por un supuesto plan para sabotear las elecciones regionales y parlamentarias previstas para el 25 de mayo.

Según el funcionario, ya hay 38 personas detenidas, entre ellas 17 extranjeras, acusadas de formar parte de un complot para llevar a cabo ataques contra instituciones públicas, servicios esenciales y figuras tanto del oficialismo como de la oposición. El nombre de María Corina Machado volvió a aparecer como presunta instigadora del boicot.

Vuelve la "Operación Tun-Tun": persecución y vuelos suspendidos

Cabello también anunció la reactivación de la llamada "operación tun-tun", una estrategia de detenciones sorpresa que remite a la fuerte represión postelectoral de 2023. En esa oportunidad, más de 2400 personas fueron apresadas en apenas dos días.

Como parte del endurecimiento de las medidas, el chavismo suspendió los vuelos desde Colombia, alegando que desde allí ingresarían supuestos "mercenarios" de varias nacionalidades, incluidos colombianos, mexicanos y ucranianos.