En la mañana de este jueves, un atropello masivo en Múnich dejó al menos 28 personas heridas, dos de ellas de gravedad. El ataque ocurrió cerca de la estación central de tren, cuando un Mini Cooper blanco se lanzó contra una manifestación organizada por el sindicato Ver.di, que reclamaba mejoras salariales.

El conductor, identificado como Farhad N., un ciudadano afgano de 24 años, aceleró su vehículo, pasó un control policial y embistió a la multitud. La policía respondió con disparos y logró detenerlo poco después. Según fuentes oficiales, el atacante ya estaba en la mira de las autoridades por delitos de robo y tráfico de drogas.

Impacto político en plena campaña electoral

El ataque ocurre en un momento clave para Alemania, ya que en 10 días se celebrarán elecciones parlamentarias anticipadas tras la crisis que derivó en la salida del canciller Olaf Scholz. La ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD) ya se pronunció sobre el incidente, exigiendo mayores restricciones migratorias.

La líder de AfD, Alice Weidel, utilizó la red social X para pedir un "cambio de rumbo en la política migratoria". Mientras tanto, la Conferencia de Seguridad de Múnich, que reunirá a líderes internacionales este fin de semana, se encuentra en máxima alerta tras el atentado.

Investigación en curso

Las autoridades alemanas, a través de la Fiscalía General de Baviera, investigan el ataque como un posible acto de terrorismo. El ministro del Interior, Joachim Herrmann, confirmó los antecedentes del detenido y señaló que aún se analizan posibles vínculos con organizaciones extremistas.

Testigos presenciales relataron que el coche se dirigió "deliberadamente" hacia la multitud y que la policía disparó para detener al agresor. Se reportó además la detención de un segundo hombre, cuya participación en el ataque aún no fue confirmada.

El primer ministro de Baviera, Markus Söder, calificó el hecho como "un atentado" y destacó la rápida respuesta de las fuerzas de seguridad.