Cinco dirigentes opositores venezolanos que permanecieron más de un año refugiados en la residencia de la Embajada argentina en Caracas rompieron el silencio este viernes. Desde Washington, Magallí Meda, Pedro Urruchurtu, Claudia Macero, Humberto Villalobos y Omar González ofrecieron una conferencia de prensa en la que agradecieron al gobierno de Javier Milei y revelaron cómo fue su vida durante los 14 meses de asilo diplomático.

"El régimen nos quiso quebrar, pero resistimos como una familia", dijo Meda, quien denunció que vivieron "412 días muy complejos", sin luz ni agua durante meses, rodeados por fuerzas de élite. "Nos secuestraron, no fue un asilo común", sostuvo.

Los opositores calificaron su salida como una "operación sin precedentes", a la que llamaron "Operación Guacamaya", pero evitaron dar detalles por seguridad. "Imagínense estar encerrados un año y dos meses sin servicios básicos. Tuvimos que aprender a sobrevivir", resumió Meda.

"Nos iban a liquidar": duras acusaciones contra Maduro y su diplomacia

Los dirigentes acusaron directamente a Nicolás Maduro y a Diosdado Cabello de llevar adelante una "diplomacia de rehenes" y de violar el derecho internacional. Pedro Urruchurtu denunció que el gobierno chavista "mató al asilo diplomático" y opera mediante "chantaje, extorsión y amenazas".

Por su parte, Omar González afirmó: "Nos escapamos de una decisión de la dictadura de liquidarnos física y políticamente". El exdiputado calificó el operativo de fuga como "uno de los más espectaculares de la historia" y lo comparó con un punto de inflexión en la lucha por la libertad de Venezuela. "Las guacamayas están volando, y esperamos que pronto se posen sobre Miraflores", dijo en alusión al palacio presidencial.

Claudia Macero, que salió de Venezuela antes que sus compañeros, aseguró que su caso prueba que "el régimen es vulnerable". También recordaron a Fernando Martínez Mottola, otro opositor que murió poco después de abandonar la embajada, y lo describieron como "un héroe de Venezuela".

Finalmente, los dirigentes negaron cualquier tipo de negociación con el régimen chavista y desmintieron las versiones oficiales que circularon tras su huida. "No hubo trato alguno. No pueden probarlo porque simplemente no existió", sentenció Urruchurtu.