El presidente de la CIJ, Yuji Iwasawa, señaló que Israel, como potencia ocupante, debe garantizar el suministro de alimentos, agua, medicamentos y otros bienes esenciales, así como facilitar planes de socorro a la población insuficientemente abastecida. Además, el tribunal destacó que Israel debe respetar la inmunidad de los locales, bienes y personal de la ONU en Gaza.

La opinión consultiva concluyó que las acusaciones de Israel sobre la supuesta parcialidad de UNRWA y la infiltración de personal por parte de Hamás no estaban suficientemente fundamentadas.

El secretario general de la ONU, António Guterres, respaldó la decisión y pidió que Israel la acate, mientras que la UNRWA celebró que se reconozcan las obligaciones internacionales del país y destacó su capacidad para ampliar la ayuda humanitaria.

Israel, en cambio, rechazó la opinión de la CIJ, calificándola de "política" y reiterando que no cooperará con la agencia, a la que acusa de tener vínculos con actividades terroristas.

Contexto de la crisis humanitaria en Gaza

Desde el inicio del conflicto con Hamás hace dos años, Israel ha reforzado el bloqueo sobre Gaza, restringiendo la entrada de alimentos y suministros básicos para sus 2,1 millones de habitantes. Antes del alto el fuego reciente, la ONU advirtió sobre niveles catastróficos de inseguridad alimentaria y una hambruna "provocada por el hombre".

La UNRWA continúa operando con su personal palestino, a pesar de las restricciones legales y de movimiento impuestas por Israel. Según la agencia, al menos 309 empleados y 72 colaboradores han muerto desde el inicio de la guerra, mientras que las autoridades de Gaza reportan más de 68.000 víctimas por los ataques israelíes.