Beth Martin, una mujer británica de 28 años, falleció repentinamente durante unas vacaciones familiares en Estambul, Turquía. Viajó junto a su esposo Luke y sus dos hijos, de 5 y 8 años, en busca de descanso, pero a solo dos días de su llegada fue declarada muerta en un hospital público local. La causa del deceso aún no está clara, y su familia sostiene que hubo serias irregularidades en su atención médica.

La denuncia de la familia: "Le faltaba el corazón"

La consternación se agravó cuando, tras repatriar el cuerpo a Reino Unido, una autopsia reveló que el corazón de Beth había sido extirpado. La familia y allegados acusan al hospital de ocultar información y de haber impedido el traslado de la paciente a un centro privado cuando su salud se deterioraba.

Ellie Grey, amiga cercana de la víctima, acompañó a la familia en Estambul y denunció que los médicos parecían estar ocultando algo. "Cuando preguntamos si debíamos demandar, solo querían que firmáramos papeles. Sentí que sabían más de lo que decían", relató.

Sospechas, silencios y una lucha por la verdad

Según la familia, el hospital se negó a cooperar con la aseguradora que intentó trasladar a Beth a otro centro. También cuestionan el relato médico, que afirma que intentaron reanimarla con RCP durante 45 minutos. "Su cuerpo estaba impecable, con trenzas perfectas, algo imposible si le hicieron RCP por tanto tiempo", aseguró Ellie.

Además, denunciaron que el hospital intentó apresurar la cremación o el entierro en Turquía, pero ellos lograron repatriar el cuerpo por sus propios medios. "No vamos a descansar hasta saber qué pasó realmente", concluyó la amiga de la familia.