La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que al menos 800 palestinos han muerto desde mayo mientras intentaban acceder a centros de distribución de alimentos en la Franja de Gaza. La mayoría de estas muertes ocurrieron en zonas cercanas a los puntos administrados por la Gaza Humanitarian Foundation (GHF), una iniciativa respaldada por Estados Unidos e Israel.

Estos centros comenzaron a operar a fines de mayo, luego de que el gobierno israelí interrumpiera el suministro de bienes esenciales a Gaza durante dos meses. Según la vocera de la oficina de Derechos Humanos de la ONU, Ravina Shamdasani, se registraron 615 muertes alrededor de los sitios de la GHF, además de otras 183 en las rutas de convoyes de ayuda.

"Casi 800 personas han muerto mientras trataban de acceder a asistencia humanitaria", alertó Shamdasani.

La ayuda, bajo fuego cruzado

La grave situación se intensificó el pasado viernes, cuando un convoy humanitario fue atacado. Según denunciaron el Comité Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja Palestina, varias personas resultaron heridas durante el operativo. Este tipo de incidentes no son aislados y ponen en evidencia la inseguridad con la que se gestionan estos puntos de asistencia.

Médicos Sin Fronteras: "Esto es una masacre disfrazada de ayuda"

Frente al aumento de víctimas y la ineficiencia del nuevo sistema de distribución, organizaciones como Médicos Sin Fronteras emitieron fuertes críticas. En un comunicado oficial, calificaron el plan como "una masacre disfrazada de ayuda humanitaria" y pidieron su desmantelamiento inmediato.

Además, reclamaron al gobierno israelí y a sus aliados que levanten el bloqueo al acceso de alimentos, combustible y medicamentos, y que se restablezca el sistema de distribución previo, coordinado por la ONU y basado en principios estrictamente humanitarios.