La madrugada del lunes estuvo marcada por una nueva oleada de misiles balísticos lanzados desde Irán hacia territorio israelí, que provocaron cortes de energía en el sur del país. La mayoría de los proyectiles fueron interceptados por el sistema de defensa aérea israelí, aunque algunos impactos generaron daños en infraestructura energética, especialmente en la región de Negev.

Desde Tel Aviv se observaron intercepciones masivas en el cielo, mientras las sirenas antiaéreas sonaban en el norte y centro del país. El ataque ocurre en respuesta a los recientes bombardeos de Estados Unidos contra las instalaciones nucleares de Isfahán, Natanz y Fordow.

Teherán confirma nuevos bombardeos sobre Fordow

Mientras Irán ejecuta estos nuevos ataques, autoridades en Teherán aseguran que la planta nuclear de Fordow fue bombardeada nuevamente, aunque no se detalló si fue por parte de Israel o EE.UU. La tensión escala minuto a minuto, con acciones militares directas de las tres potencias involucradas.

El asesor del líder supremo Ali Jamenei, Ali Akbar Velayati, advirtió que "cualquier base utilizada por Estados Unidos, en la región o en otro lugar, podría convertirse en un objetivo", dejando claro que el conflicto podría expandirse más allá del eje Irán-Israel.

Estados Unidos emite alerta global y refuerza su rol militar

Tras su involucramiento directo en los ataques del domingo, el Departamento de Estado de EE.UU. emitió una alerta global para ciudadanos estadounidenses y personal diplomático, ante el riesgo de represalias iraníes.

Mientras tanto, fuerzas aéreas israelíes lanzaron bombardeos sobre instalaciones militares en la ciudad iraní de Kermanshah, en lo que parece ser una nueva fase de guerra abierta y sostenida entre ambos países, con Washington como actor clave.