Al menos nueve personas murieron y más de 30 resultaron heridas este miércoles tras un ataque ruso con dron kamikaze contra un autobús de trabajadores en Márjanets, ciudad ubicada en la región de Dnipropetrovsk, en el centro-sur de Ucrania.

El gobernador regional, Serguí Lisak, informó que varios de los heridos están en grave estado, por lo que la cifra de víctimas fatales podría aumentar en las próximas horas. El dron impactó directamente contra el vehículo, sin distinguir entre civiles y objetivos militares.

"Por desgracia, el número de muertos ha aumentado. El ataque enemigo ha segado nueve vidas. Mis condolencias a los familiares y amigos de las víctimas", expresó Lisak en un comunicado publicado en su cuenta de Telegram.

Ucrania denuncia terrorismo mientras crecen las tensiones internacionales

Mikola Lukashuk, jefe del consejo regional de Dnipropetrovsk, calificó el hecho como un acto de terrorismo: "Los rusos atacaron un autobús de trabajadores que se dirigían al trabajo en Marganets", denunció.

Según medios oficiales, otros cuatro drones fueron derribados por las defensas aéreas ucranianas en la misma región, aunque uno logró impactar en la localidad de Sinekniki, provocando al menos dos heridos más.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, reiteró recientemente su propuesta de moratoria para frenar los ataques contra infraestructuras civiles. Sin embargo, desde el Kremlin desestimaron cualquier negociación en ese sentido. Dmitri Peskov, portavoz de Vladimir Putin, aseguró que "no hay planes concretos", aunque el mandatario ruso estaría "dispuesto a discutir el tema en el futuro".

Mientras tanto, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció que presentará un nuevo plan de paz "en los próximos días". Su emisario, Steve Witkoff, viajará a Moscú para iniciar consultas, aunque la violencia sobre el terreno complica cada vez más cualquier intento de diálogo.