Un operativo conjunto entre el Ejército sirio y agentes de inteligencia turca logró impedir un atentado contra el presidente interino de Siria, Ahmed al-Sharaa, durante una visita oficial a la ciudad de Daraa, en el sur del país. La cadena libanesa LBCI, citando fuentes locales, informó que una célula vinculada al grupo terrorista Estado Islámico (ISIS) tenía todo listo para ejecutar el ataque.

El líder del grupo, residente de la zona, fue detenido un día antes de la llegada del mandatario. No trascendieron detalles sobre su identidad ni sobre cuántos integrantes componían la célula.

ISIS reaparece con amenazas y busca rearmarse

El frustrado atentado marca un nuevo capítulo en la reactivación de ISIS, que viene intensificando sus acciones en el sur y noreste de Siria. El grupo había acusado recientemente a al-Sharaa de "traicionar la yihad" y lanzó una ofensiva para captar a excombatientes del extinto grupo Hay'at Tahrir al-Sham, al que el propio presidente interino lideró años atrás bajo el seudónimo de Abu Mohammed al-Golani.

Mientras tanto, el Ministerio de Información sirio negó la existencia del complot, sin explicar los motivos de la desmentida ni pronunciarse sobre el rol de Turquía en el operativo.

Al-Sharaa apuesta a un nuevo rumbo político con apoyo internacional

Ahmed al-Sharaa asumió la presidencia interina en enero de 2025, tras la caída del régimen de Bashar al-Assad. Su gobierno de transición, que tendrá mandato hasta 2030, incorporó por primera vez a figuras de distintas minorías religiosas y étnicas en puestos ministeriales clave.

El respaldo internacional comenzó a materializarse en mayo, cuando Donald Trump lo recibió en Arabia Saudita y le ofreció apoyo político y económico a cambio de compromisos en seguridad regional. Pocos días después, Estados Unidos levantó formalmente las sanciones impuestas a Siria desde 2011.

La reapertura diplomática permitió el relanzamiento de negociaciones económicas con aliados del Golfo, Europa y el propio Washington, en un intento por estabilizar la región y aislar a grupos radicales como ISIS, que aún conserva células activas en el desierto sirio.