El exalcalde de Tegucigalpa, Nasry Asfura (Partido Nacional), mantiene una mínima ventaja de poco más de 40.000 votos sobre el conservador Salvador Nasralla (Partido Liberal). Mientras Nasralla grita "robo" por supuestas caídas del sistema, la sombra del oficialismo busca la nulidad de los comicios y el factor internacional se hace presente con el respaldo de Donald Trump a Asfura.

Con cerca del 98,76% de las actas procesadas, el conteo oficial muestra a Asfura con 40,53% de los votos, superando a Nasralla con 39,16%. La diferencia es de apenas unas décimas, pero la legitimidad del proceso está en entredicho.

El candidato liberal, Salvador Nasralla, denunció un "robo" electoral a nivel nacional, apuntando directamente a la compañía a cargo del soporte informático (ASD). Según Nasralla, las reiteradas caídas del sistema del Consejo Nacional Electoral (CNE) no fueron casuales; asegura que el sistema se "desconectó" cuando él lideraba el recuento y fue "ajustado" luego para redirigir votos hacia el Partido Nacional en departamentos clave como Cortés y Atlántida.

El Partido Liberal exige un "conteo voto por voto" en varias zonas, argumentando que existe un "patrón de fraude" y que aún quedan 505.000 votos pendientes del "escrutinio especial", lo que significa que "falta mucha tela por cortar" antes de aceptar cualquier resultado.

La Presión de Trump y el Indulto a Hernández

La política internacional jugó un rol definitorio en esta elección. El presidente estadounidense Donald Trump reforzó públicamente su apoyo a Nasry Asfura, llegando a afirmar que los comicios fueron "íntegros" y que "no hay evidencia creíble" para anularlos, a pesar de las irregularidades técnicas. Trump, además, tachó de "comunistas" tanto a Nasralla como a la candidata oficialista, Rixi Moncada.

Un factor que sacudió la campaña fue el indulto concedido por Trump al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández (PN), condenado en EE. UU. por narcotráfico. Si bien Hernández quedó en libertad la semana pasada, aún enfrenta un pedido de captura internacional por delitos en su país, avivando la controversia sobre el narcotráfico en la política hondureña, como denunció Nasralla.

Un Escenario Institucional Delicado y la Amenaza de Nulidad

El clima político se complica aún más por la postura del partido oficialista, Libertad y Refundación (Libre), que, ubicado en un distante tercer puesto (cerca del 19%), solicitó la nulidad de las elecciones.

Si Asfura es finalmente proclamado ganador por el CNE (que tiene como fecha límite el 30 de diciembre), deberá enfrentar un Congreso adverso, dominado por el Partido Liberal de Nasralla y el partido Libre. Esta composición legislativa augura un escenario de ingobernabilidad y complica de antemano la capacidad del nuevo presidente para maniobrar y aprobar leyes. Honduras se adentra, así, en uno de sus momentos de mayor incertidumbre política y social de los últimos años.