Contra todos los pronósticos, Rodrigo Paz -senador y exalcalde de Tarija- se impuso en las elecciones con el 31,6 % de los votos, según el conteo rápido. El dirigente centrista logró captar gran parte del electorado huérfano tras la inhabilitación de Jaime Dunn y ahora enfrentará en el balotaje al expresidente Jorge "Tuto" Quiroga, que sumó el 27,1 %.

Paz, del Partido Demócrata Cristiano, es hijo del exmandatario Jaime Paz Zamora y nació en España durante el exilio de su padre. En su discurso, prometió la "reconstrucción de la Patria" y cuestionó el rol de un "Estado tranca" que obstaculiza la actividad privada.

Doria Medina, otra vez derrotado

El empresario Samuel Doria Medina, que buscaba la presidencia por cuarta vez, terminó tercero con el 19,5 % y reconoció su derrota, expresando su apoyo a Paz. Su caída resultó más llamativa porque las encuestas lo ubicaban como favorito a disputar la segunda vuelta.

En paralelo, Evo Morales, prófugo de la Justicia, impulsó el voto nulo, que alcanzó el 18,9 %. Aunque no logró impactar en la definición, sí evidenció que conserva un núcleo duro de apoyo en su bastión del Trópico de Cochabamba.

Un nuevo escenario político en Bolivia

Las elecciones de este domingo marcan el fin de la hegemonía del MAS y abren la puerta a un Congreso fragmentado, sin mayorías absolutas. Tanto Paz como Quiroga plantean ajustes económicos, cierre de empresas estatales deficitarias y apertura a inversiones extranjeras, lo que implicaría también un giro en la política exterior, alejándose de gobiernos como Venezuela, Cuba y Nicaragua.

Más allá de algunos incidentes aislados en Cochabamba, la jornada electoral transcurrió con normalidad bajo estrictas medidas de seguridad implementadas por el Tribunal Supremo Electoral, en un intento por evitar cualquier sospecha de fraude como en 2019.