El súper tifón Ragasa, uno de los más fuertes registrados en décadas, azotó Filipinas y Taiwán con lluvias torrenciales y vientos que destruyeron puentes y viviendas, llegó con toda su fuerza a Hong Kong y a la provincia china de Guangdong, donde casi 1,9 millones de personas debieron ser evacuadas tras ráfagas de hasta 241 km/h.

Los daños en China

En Hong Kong, las olas superaron la altura de los postes de luz e ingresaron a hoteles y restaurantes de la zona costera. Videos difundidos en redes mostraron como el agua arrasaba con mobiliario y estructuras vidriadas. Más de 80 personas resultaron heridas y cientos debieron refugiarse en albergues temporales.

Macao también sufrió graves daños: calles convertidas en ríos, cortes de electricidad y rescates con botes inflables para sacar a familias atrapadas en edificios. 

Taiwán quedó bajo el agua

17 personas murieron cuando un lago de barrera se desbordó en el condado de Hualien, arrasando con un puente y convirtiendo carreteras en ríos de lodo. Más de 8.000 habitantes de Guangfu fueron evacuados, mientras que otros quedaron atrapados en las viviendas, refugiándose en pisos superiores.

Al menos 10 personas fallecieron, entre ellas siete pescadores que murieron ahogados tras el vuelco de su embarcación en la provincia de Cagayán. Cerca de 700.000 personas fueron afectadas en Luzón, la principal isla del norte, y 25.000 fueron trasladadas a refugios.

El tifón más fuerte en años

Según el Observatorio de Hong Kong, Ragasa es el ciclón tropical más potente del año en el noroeste del Pacífico y el mar de China Meridional. De hecho, se ubica entre los más intensos desde 1950, junto con Saola (2023) y Yagi (2024).

Mientras la tormenta continúa avanzando hacia el oeste, autoridades chinas mantienen la alerta máxima y advierten que el saldo de víctimas y daños materiales podría seguir aumentando en las próximas horas.