EEUU confirma el segundo ataque a un barco venezolano y congresistas cuestionan su legalidad
La Casa Blanca respaldó a un almirante de la Marina estadounidense que ordenó un segundo ataque a un presunto barco de drogas venezolano el 2 de septiembre. El incidente reavivó críticas bipartidistas y cuestionamientos sobre su legalidad internacional.
Segundo ataque a barco venezolano genera polémica
El 2 de septiembre, un almirante de la Marina de EE.UU. ordenó un segundo ataque a un barco sospechoso de tráfico de drogas en aguas del Caribe, confirmó la Casa Blanca. La operación, conocida como "double tap", habría alcanzado a dos personas que sobrevivieron al primer ataque, según informes recientes del Washington Post, lo que planteó dudas legales y éticas sobre la acción militar.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aseguró que el almirante actuó dentro de su autoridad y la ley, y que el secretario de Defensa Pete Hegseth autorizó las acciones, pero no dio instrucciones de "matar a todos" a bordo.
Reacciones de legisladores y expertos
El incidente ha generado preocupación bipartidista en el Congreso estadounidense. Senadores demócratas, como Jacky Rosen, afirmaron que Hegseth podría haber cometido un crimen de guerra si se confirma que dio una orden para atacar a sobrevivientes incapacitados, y pidieron investigaciones detalladas.
Republicanos y demócratas han solicitado acceso a la opinión legal de la Oficina del Consejero Jurídico que respaldó las operaciones, y planean entrevistas con el almirante responsable y revisión de videos y audios de la misión.
Contexto militar y operativo
Desde septiembre, EEUU ha intensificado su presencia en el Caribe bajo la justificación de operaciones antidrogas, alegando defensa propia frente al narcotráfico. Según la administración Trump, las acciones se encuadran en un conflicto armado no internacional, dirigido a grupos designados como "narcoterroristas".
Sin embargo, expertos en derecho internacional advierten que los ataques podrían violar las Convenciones de Ginebra, que protegen a personas incapacitados durante conflictos armados, como los sobrevivientes de un naufragio.
Reacciones internacionales
El gobierno de Venezuela condenó los ataques y anunció una investigación sobre los hechos del 2 de septiembre. El presidente Nicolás Maduro y su equipo acusaron a EE.UU. de intentar desestabilizar al país y defendieron la necesidad de diálogo directo con Washington para reducir tensiones.
Trump, por su parte, afirmó haber llamado a Maduro, pidiéndole renunciar y salir de Venezuela, y cerró el espacio aéreo sobre el país tras la negativa del mandatario venezolano.