Cónclave exprés en el Vaticano: cardenales confesaron qué fue lo que aceleró la elección del papa
Dos cardenales estadounidenses revelaron que la baja calidad de la comida en Santa Marta fue un "estímulo" para elegir rápidamente al papa León XIV. Entre bromas y confesiones, también contaron anécdotas insólitas del encierro.
Aunque el cónclave es uno de los eventos más solemnes y secretos de la Iglesia Católica, algunos detalles curiosos comienzan a filtrarse tras la elección del nuevo pontífice, León XIV. Esta vez, el foco no estuvo solo en las discusiones teológicas ni en las afinidades doctrinales: la comida también tuvo su peso.
Dos cardenales estadounidenses, Timothy Dolan (arzobispo de Nueva York) y Joseph Tobin (arzobispo de Newark), revelaron entre risas que la calidad del menú en Casa Santa Marta, donde se alojan los cardenales durante el cónclave, fue un incentivo inesperado para cerrar el proceso con rapidez. "Digamos que la comida fue un buen, muy buen estímulo para cerrar el tema", ironizó Dolan. Tobin coincidió y agregó: "Nos sirvieron una cena increíble cuando terminamos el trabajo".
Un menú austero y funcional
Durante los días de encierro, los purpurados se alimentaron con un menú diseñado por el nutricionista Giorgio Calabrese, que incluía platos simples como pastas con salsas ligeras, carnes blancas, pescado al horno, ensaladas, verduras, pan, fruta y bebidas como agua o vino. Nada de comidas pesadas ni elaboradas.
El objetivo del menú era facilitar la digestión en un contexto de vida sedentaria, alta concentración y tiempos acotados. Calabrese explicó que "el almuerzo debía satisfacer el paladar sin sobrecargar grasas".
Pero no todos lo recibieron con agrado. La sencillez de los platos y la repetitividad provocaron cierto hastío, especialmente entre los cardenales de Estados Unidos, habituados a una dieta más variada.
Alimentos prohibidos y sospechas centenarias
No todo fue casual: ciertos alimentos estaban prohibidos. Entre ellos, los espárragos, por su efecto en el olor de la orina-considerando que los baños eran compartidos-y las comidas rellenas como empanadas o canelones. ¿El motivo? Evitar que se escondieran mensajes secretos, una medida preventiva que recuerda a tiempos de intrigas eclesiásticas.
"El comedor, aunque no se vote allí, es otro de los escenarios donde se marcan afinidades", explicó el jesuita Antonio Spadaro, director de La Civiltà Cattolica.
Anécdotas tras las paredes del Vaticano
Entre las curiosidades que salieron a la luz, el arzobispo emérito Anselmo Guido Pecorati compartió una divertida anécdota: un cardenal extranjero, durante el cónclave, vació el minibar de su habitación creyendo que era gratis... hasta que llegó la cuenta.
Además, reveló que Borgo Pio es la zona favorita de los cardenales cuando salen a cenar en Roma, aunque algunos cometen el error de acudir con su atuendo religioso, lo que hace que los restaurantes les cobren más.