Un veredicto histórico que profundiza la crisis política

La ex primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, fue condenada a muerte por un tribunal especial en Dhaka, acusada de crímenes contra la humanidad cometidos durante la brutal represión de las protestas estudiantiles que precipitaron su caída en agosto de 2024. El juez Golam Mortuza Mozumder afirmó que "todos los elementos constitutivos" de esos delitos estaban probados, resumiendo tres cargos principales: incitación, orden de asesinato y omisión deliberada para evitar atrocidades.

El fallo, transmitido en vivo por la televisión nacional, llega en un clima político marcado por la violencia y a pocos meses de las elecciones previstas para febrero de 2026. Los hechos de 2024 dejaron al menos 1.400 muertos y más de 14.000 heridos, de acuerdo con informes de Naciones Unidas y del gobierno provisional.

Junto a Hasina, también fue sentenciado a muerte su entonces ministro del Interior, Asaduzzaman Khan Kamal, quien igualmente permanece prófugo. En tanto, el ex jefe policial Chowdhury Abdullah Al-Mamun recibió cinco años de prisión tras declararse culpable y colaborar como testigo estatal.

Hasina, refugiada en India desde que escapó en helicóptero tras el asalto a su residencia oficial, calificó el fallo como "parcial y motivado políticamente". A través de su defensa, sostuvo que actuó "buscando minimizar la pérdida de vidas", negando cualquier intención de ordenar crímenes.

Repercusiones sociales inmediatas y un país en máxima tensión

La sentencia desató nuevas medidas de seguridad en la capital. Miles de agentes, vehículos blindados y retenes policiales fueron desplegados alrededor del tribunal. En los días previos al veredicto se registraron al menos 50 ataques incendiarios y explosiones de artefactos caseros dirigidos a edificios oficiales y espacios cristianos, con saldo de dos muertos.

El gobierno provisional, encabezado por Muhammad Yunus -Premio Nobel de la Paz y actual líder interino-, prohibió toda participación política del Awami League, el histórico partido de Hasina. La decisión dejó sin representación formal al sector de la ex mandataria y elevó la tensión con sus simpatizantes, que convocaron a un paro nacional para rechazar la condena.

Hasina solo podrá apelar la sentencia si se entrega o es capturada en los próximos 30 días, un escenario improbable ante la falta de respuesta de India a los pedidos de extradición enviados por Dhaka.
Mientras tanto, familiares de víctimas y militantes del partido prohibido se reunieron frente al tribunal para seguir el fallo en directo, en medio de un país que continúa dividido entre reclamos de justicia y temores por una nueva escalada de violencia.