Los ataques estadounidenses durante el fin de semana contra tres instalaciones nucleares en Irán no lograron destruir elementos clave del programa atómico iraní. Según una evaluación preliminar de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) del Pentágono, a la que accedieron The New York Times y CNN, los bombardeos causaron daños, pero probablemente solo retrasaron el programa por algunos meses.

Este informe de cinco páginas, clasificado y basado en análisis postataque del Comando Central de EE.UU., muestra que aunque se bloqueó el acceso a ciertas instalaciones, los edificios subterráneos, donde se concentra la actividad nuclear más sensible, quedaron en pie. Las centrifugadoras, piezas esenciales para el enriquecimiento de uranio, se mantuvieron casi intactas.

El impacto real de los ataques y la respuesta oficial estadounidense

Contrario a las declaraciones del expresidente Donald Trump, quien aseguró que las instalaciones fueron "total y completamente destruidas", la evaluación oficial indica que el daño no fue tan profundo. Fuentes cercanas al informe confirmaron que las reservas de uranio enriquecido no fueron eliminadas y que buena parte del material fue trasladado a sitios secretos antes del ataque.

Karoline Leavitt, vocera de la Casa Blanca, calificó la filtración del informe como un intento de desprestigiar a Trump y destacó la precisión y éxito de la operación, que lanzó bombas de 13.600 kilos sobre los objetivos. Sin embargo, la información oficial apunta a que el programa nuclear iraní se habría retrasado menos de seis meses, un dato que abre interrogantes sobre el alcance real de la ofensiva.

¿Qué sigue para el programa nuclear iraní y las tensiones internacionales?

El sitio de enriquecimiento más protegido, Fordo, ubicado bajo una montaña, sufrió daños eléctricos graves, pero el tiempo para que Irán pueda retomar el control y reparar los sistemas permanece incierto. Antes de los ataques, las agencias de inteligencia estimaban que Irán podría construir una bomba nuclear en tres meses si así lo decidiera. Tras los bombardeos y ataques israelíes, ese plazo podría haberse extendido hasta medio año.

Funcionarios militares reconocen que para afectar significativamente las instalaciones subterráneas serían necesarias múltiples operaciones, pero Trump decidió detener la ofensiva tras la primera tanda. Además, no está claro si Irán acelerará o no su programa nuclear en respuesta a estos ataques.

En este contexto, el futuro de las negociaciones y la estabilidad en Medio Oriente sigue siendo un tema de alta incertidumbre, mientras las potencias evalúan sus próximos pasos en la región.