Ahmad Vahidi, el acusado por la AMIA que liderará la Guardia Revolucionaria de Irán
El militar iraní con pedido de captura internacional fue nombrado jefe de la fuerza más poderosa del régimen persa, en medio de una creciente tensión en Medio Oriente.
Ahmad Vahidi fue designado como nuevo comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán tras la muerte de Hossein Salami en un ataque atribuido a Israel. Con 66 años, una carrera militar extensa y múltiples cargos en el régimen teocrático, su nombre resuena especialmente en Argentina: está acusado de haber participado en la planificación del atentado a la AMIA, que dejó 85 muertos en 1994.
Vahidi figura desde 2007 en la lista roja de Interpol por homicidio agravado, lesiones graves y daños múltiples, todo motivado por odio racial o religioso. Según la investigación del fiscal Alberto Nisman, fue uno de los autores ideológicos del ataque contra la mutual judía en Buenos Aires y participó en la reunión donde se decidió atentar en el país.
Vahidi y su vínculo con la AMIA
La trayectoria de Vahidi incluye su paso por la Fuerza Quds, la unidad de elite encargada de operaciones en el exterior. Desde ese rol, habría impulsado que Argentina fuera blanco del ataque en los años '90. El dictamen del fiscal Nisman indica que no sólo avaló la idea, sino que presentó el plan en el círculo de decisión de inteligencia iraní y luego se delegó en Hezbollah la ejecución del atentado.
Su figura fue señalada judicialmente por el entonces juez Rodolfo Canicoba Corral, junto a otros altos funcionarios iraníes como Moshen Rezai, Moshen Rabbani y Ali Fallahijan. La justicia argentina y la Unidad de Información Financiera (UIF) insisten en mantener activa la persecución internacional y exigen su captura.
Rechazo argentino y antecedentes polémicos
El reciente ascenso de Vahidi provocó una fuerte condena del gobierno argentino, que lo consideró "una provocación inaceptable" y un insulto a la memoria de las víctimas del atentado. A través de un comunicado oficial, la Cancillería recordó que tiene una alerta roja activa y reiteró el pedido de cooperación internacional.
No es la primera vez que su presencia genera tensión diplomática. En 2011, durante una visita oficial a Bolivia como ministro de Defensa iraní, su participación en actos oficiales junto a Evo Morales motivó duras críticas desde la comunidad judía argentina y el reclamo formal de su detención.
Ahora, con Vahidi al frente de la Guardia Revolucionaria, una de las estructuras más poderosas del régimen iraní, crece la preocupación internacional por el rumbo que tomará Irán en el marco de los conflictos regionales y por la falta de avances en la causa AMIA.