Mercurio retrógrado es uno de los fenómenos astrológicos más temidos. En esta ocasión, el planeta inició su aparente retroceso el 18 de julio y permanecerá en esa posición hasta el 11 de agosto.

Aunque se trata de una ilusión óptica y no de un retroceso real en su órbita, el efecto astrológico se hace sentir con fuerza. Desde la Tierra, Mercurio parece moverse hacia atrás porque se aleja visualmente del Sol a unos 28 grados, generando un cambio en la percepción de su movimiento.

En astrología, este tránsito afecta directamente la comunicación, la concentración mental, los desplazamientos y también los vínculos afectivos. Cuando un planeta entra en fase retrógrada, se dice que sus funciones entran en revisión.

Cómo influye Mercurio retrógrado en el amor

Durante este periodo, los conflictos de pareja pueden volverse frecuentes. Las conversaciones se vuelven tensas, los mensajes se malinterpretan y hasta las relaciones más estables pueden tambalear por frases mal dichas o mal comprendidas.

Quienes están conociendo a alguien podrían experimentar una falta de sincronía, como si hablaran en distintos idiomas. Además, las personas más sensibles suelen sentirse emocionalmente vulnerables, con la intuición nublada y una tendencia a tomar decisiones impulsivas.

Regresos del pasado y redefinición de vínculos

Una característica habitual de Mercurio retrógrado es el regreso de amores pasados. Exparejas que llaman, mensajes inesperados o reencuentros casuales no son simples coincidencias, sino señales de que es tiempo de cerrar ciclos o revisar vínculos.

Eso no significa que todos los regresos estén destinados a durar: algunos solo aparecen para dejar una enseñanza final antes de desaparecer. La energía de Mercurio retrógrado invita a redefinir lo que sentimos, reflexionar y comunicarnos con más conciencia.