Qué sanción recibirán quienes filtren información del cónclave en el Vaticano
Personal de limpieza, cocineros, enfermeras y técnicos deberán jurar secreto absoluto antes de que comience la elección del nuevo papa.
El Vaticano anunció una durísima sanción para todo el personal que participe en el próximo cónclave papal y filtre información a la prensa o al público: la excomunión automática. La advertencia alcanza a empleados de limpieza, cocineros, enfermeras, doctores, choferes, operadores de ascensores, técnicos y hasta los responsables del mantenimiento del lugar donde se desarrollará la histórica elección del sucesor del papa Francisco.
Este lunes, todos ellos deberán prestar juramento de "secreto absoluto y perpetuo" en la capilla Paulina. La medida fue dispuesta por el Vaticano en cumplimiento de las normas que rigen desde el papado de Juan Pablo II, reforzadas posteriormente por Benedicto XVI. El castigo se aplicará a cualquier persona que revele detalles del proceso o intente registrar imágenes o audios.
El protocolo que rodea al cónclave: aislamiento y vigilancia total
El juramento que deben realizar es riguroso. Declaran que no divulgarán "asuntos directa o indirectamente relacionados con los votos emitidos" y se comprometen a no usar "ningún equipo de audio o video" dentro del recinto. "Tomo este juramento plenamente consciente de que una infracción incurrirá en la pena de excomunión automática", finaliza el texto que deben recitar mientras tocan los Santos Evangelios.
Durante el cónclave, los 133 cardenales estarán completamente aislados del exterior. La Capilla Sixtina ya fue acondicionada: ventanas oscurecidas, 80 accesos sellados con plomo y un sistema de vigilancia estricto comandado por la Guardia Suiza. Técnicos de iluminación, sonido y temperatura también prestaron juramento, ya que permanecerán en el lugar para asistir en cuestiones logísticas, incluida la operación de la estufa que anuncia el humo blanco o negro.
El miércoles comienza la votación para elegir al nuevo papa
El cónclave comenzará oficialmente este miércoles. Ese mismo día, los propios cardenales también prestarán juramento de secreto en la Capilla Sixtina antes de emitir sus votos. Hasta el cierre del proceso, todo lo que ocurra en su interior quedará blindado bajo una estricta reserva. El que rompa el silencio, sin excepciones, quedará fuera de la Iglesia.