Pantallas y chicos: 4 claves para que la tecnología sea una aliada y no un riesgo
La psicóloga Marina Gilabert advierte sobre las señales de uso problemático y propone estrategias para un consumo digital saludable en la infancia y adolescencia.
En la vida cotidiana, la tecnología se convirtió en compañera permanente de chicos y adolescentes. Celulares, tablets, computadoras y consolas están siempre encendidos, ofreciendo entretenimiento inmediato, conexión y un flujo constante de estímulos.
Pero para muchas familias surge la pregunta inevitable: ¿cuándo el uso deja de ser saludable y se transforma en un problema?
"No se trata de demonizar las pantallas"
La psicóloga especializada en infancias y autora de La Selva Hace Clic, Marina Gilabert (M.N. 40363), aclara que la clave está en enseñar un uso consciente y equilibrado. "El objetivo no es prohibir, sino guiar para que la tecnología sea una herramienta, no una dependencia", señala.
En su consulta, observa señales de alerta que deben encender las alarmas:
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Pérdida de interés por juegos al aire libre o actividades sociales.
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Irritabilidad o cambios de humor cuando se limita el uso.
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Problemas de sueño, alimentación o rendimiento escolar.
Gilabert subraya que no solo importa cuánto tiempo se pasa frente a la pantalla, sino cómo. "No es lo mismo dos horas investigando para la escuela que dos horas seguidas en redes o videojuegos", explica.
4 estrategias para un uso equilibrado
La especialista propone un abordaje que involucre a toda la familia y que empiece por los adultos:
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Establecer rutinas claras: horarios definidos para usar dispositivos y momentos sin pantallas.
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Crear espacios libres de tecnología: como las comidas o la hora previa a dormir.
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Ofrecer alternativas atractivas: deportes, arte, lectura, juegos de mesa o salidas familiares.
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Acompañar y dialogar: interesarse por lo que miran o juegan y conversar sobre los contenidos.
Además, sugiere enseñarles a los chicos a reconocer cómo se sienten después de estar frente a una pantalla -cansancio, tensión o ansiedad- para que aprendan a regularse.
El rol de la escuela y la comunidad
Gilabert destaca que la prevención no debe recaer solo en las familias. "Escuelas, clubes y organizaciones comunitarias pueden fomentar actividades presenciales y creativas que equilibren el tiempo digital".
También propone que la educación digital responsable forme parte de la currícula escolar, al igual que la educación vial o ambiental, para cuidar la salud mental y la convivencia online.