El argentino que visitó los 193 países del mundo: estuvo preso en Irak y vivió como náufrago en África
Relató cómo Maradona y Messi lo salvaron en situaciones límite.
Nicolás Pasquali, protagonista de un impactante reportaje de Infobae, tiene 33 años y un récord personal inédito: es el primer argentino en visitar los 193 países reconocidos por Naciones Unidas. Pero su travesía no fue un viaje de placer, sino un periplo lleno de desafíos extremos. En una entrevista del ciclo Voces de Infobae, el viajero relató cómo sobrevivió a una detención en Irak, vivió como náufrago en una isla africana, fue acusado de espionaje y conoció zonas de guerra, todo con la bandera argentina como escudo.
De jugar con un globo terráqueo a vivir entre tribus y piratas
Su deseo de recorrer el mundo nació en la infancia, cuando jugaba con un globo terráqueo y soñaba con visitar Etiopía. A los 24 años, con una formación en finanzas, comenzó a financiar sus propios viajes trabajando de todo: desde Uber hasta asesor financiero. Calculaba cada gasto, pero se enfrentó con la imprevisibilidad de pandemias, conflictos bélicos y culturas remotas que le dieron un sentido más profundo a su aventura.
Durante una travesía por Guinea-Bisáu terminó varado durante 11 días en una isla sin electricidad, ni agua corriente, ni señal de celular. Fue integrado por una tribu local, durmió en carpa y aprendió a pescar. "Fue una experiencia transformadora. Tuve que activar toda mi creatividad para no enloquecer", contó. También pasó por países como Sudán, Somalia y Azerbaiyán, donde fue testigo de tiroteos en zonas de conflicto.
Cárcel, cocodrilos y Maradona como salvación
Uno de los momentos más extremos fue en Irak, donde fue arrestado acusado de espionaje. "Me detuvieron por sospechoso. No entendían qué hacía un argentino caminando solo por ese país. Terminé viendo los penales del Dibu Martínez con el carcelero. Messi y Maradona me han acompañado en muchos momentos difíciles", relató entre risas.
También estuvo en Burkina Faso, donde se fotografió con cocodrilos gracias a un pacto ancestral de una tribu: "Nosotros no los comemos, y ellos no nos comen a nosotros". Pasquali asegura que nunca juzga a las culturas que visita, sino que busca aprender y llevarse lo mejor de cada una.
Visitó Corea del Norte, el mercado de drogas de Somalia, el tren más peligroso del mundo en Mauritania y países en guerra. Siempre viajó como "observador", con respeto y cautela. Aunque conoció los rincones más extremos del planeta, no duda en afirmar: "Me quedo con Argentina. Por su cultura, su gente, su gastronomía. No hay otro lugar en el mundo donde quiera vivir".