Lali Espósito vive la previa del lanzamiento de su documental con una mezcla de ansiedad y alivio. El film, que llega a Netflix este jueves 4 de diciembre, nació -según contó en una charla con Cecilia Martí para TN- de una necesidad personal que venía arrastrando desde hacía varios años.

La artista recordó aquella etapa en la que buscaba su lugar dentro del pop local. De hecho, evocó la anécdota de ir por los pasillos de Polka con una tablet en la mano para mostrar el videoclip de A bailar: un material hecho "a pulmón", que condensaba sus ganas de ver a una joven argentina animarse al pop sin pedir permiso.

La apuesta por el pop en tiempos dominados por lo urbano

Lali explicó que la idea del documental surgió hace cuatro años, cuando atravesaba un momento de confusión en lo musical. Sentía la presión de adaptarse al sonido urbano que dominaba el mainstream, donde cumbia y reggaetón copaban las tapas de revistas y desplazaban al pop.

En ese contexto, se preguntó para qué hacía música. Probó estilos, pero no se reconocía en ellos. La disyuntiva la llevó a una decisión clave: recuperar la valentía de seguir su intuición. Ese giro creativo desembocó en Disciplina y, menos de un año después, en un estadio lleno. Para ella, fue la señal definitiva de que apostar por lo propio valía la pena.

Milei, la polémica y cómo influyó en su obra

El documental también aborda uno de los capítulos más tensos de la vida pública de Lali: sus cruces con Javier Milei. Para la artista, dejarlo afuera hubiese sido deshonesto. Fue un episodio que impactó en su carrera, en su relación con el público y, sobre todo, en su música.

Esa experiencia terminó inspirando su disco No vayas a atender cuando el demonio llama, donde canaliza sus visiones sobre la argentinidad, la defensa de sus ideas y el humor como herramienta crítica. Temas como Fanático -que este año llenó cinco estadios- son parte de ese proceso creativo marcado por la controversia.