Lucía Maidana, la última concursante eliminada de Gran Hermano y quien aspira a regresar en el repechaje de este domingo, compartió detalles íntimos sobre su relación amorosa con Virginia, su pareja sentimental. A pesar de la inicial desaprobación de su entorno familiar hacia su relación, Lucía reveló que ambas estaban unidas por un profundo vínculo amoroso. Su valiente decisión de hablar sobre su vida personal en un medio tan expuesto demostró su compromiso con la autenticidad y la valentía.

Sin embargo, las circunstancias cambiaron con el transcurso de los días en la casa, y recientemente se confirmó que la relación entre Lucía y su pareja llegó a su fin, apenas cuatro días después de su eliminación del programa. Durante su participación en el reality, Lucía se vio envuelta en un creciente acercamiento tanto a Nicolás como a Rosina, lo que complicó su situación personal y su juego dentro de la casa.

Relación rota

La audiencia del programa, conocida por ser crítica hacia las acciones que puedan interpretarse como infidelidades, jugó un papel crucial en la decisión de expulsar a Lucía. Este incidente no solo resultó en su salida del reality, sino también en la ruptura de su relación fuera del programa.

La noticia de la separación fue revelada por Pía Shaw durante su participación en el programa "A la Barbarossa" (Telefe), donde también estuvo presente Lucía. La exparticipante confirmó la reciente ruptura sentimental y expresó su deseo de regresar al programa para reencontrarse con Rosina Beltrán, con quien desarrolló un estrecho vínculo dentro de la casa.

A pesar de la situación emocionalmente desafiante, Lucía se mostró decidida a enfrentar lo que venga y expresó su anhelo de ver a Rosina nuevamente. Ante la pregunta de si tenía ganas de darle besos, Lucía afirmó con cautela, considerando la presencia de su madre entre los espectadores, pero dejando claro su sentimiento hacia Rosina.